viernes, 26 de diciembre de 2008

El sueño

¡Cuantas interpretaciones distintas ha tenido el sueño! No ha sido hasta hace relativamente poco que no se consideró el sueño como un acto de la imaginación humana. En la antiguedad se consideraba que al dormir el hombre contactaba con otra realidad ¡En el sueño los hombres podían hablar con los muertos y conocer sus destinos! Incluso Platón decía que no conocemos las cosas en realidad sino en sueños.

Descartes, recordemos, fue el primero que usó precisamente el seño para justificar la existencia tanto del Yo, en cuanto a una sustancia pensante, como la existencia del mundo material: La diferencia entre la vigilia y el sueño consiste en que, en la primera, nuestro espíritu se ve afectado por cuerpos exteriores, que son geométricos, mientras que durante el sueño nuestra imaginación campa a sus anchas ¡Descartes usó el sueño para justificar su dualismo ontológico!

Nosotros ya sabemos, o al menos deberíamos saber, que no existe ningún mundo exterior, ni por tanto ningún mundo interior; y que la interpretación de Descartes es muy, pero que muy, superficial. Además sabemos que la imaginación humana no puede separarse tan arbitrariamente de la realidad. De hecho, la imaginación es también realidad o naturaleza.

Freud, por su parte, se hizo famoso por su libro de los sueños, en el cual decía que nuestros impulsos más incosncientes afloraban a través de las representaciones oníricas. De aquí surgió la idea de que los sueños eran símbolos: cada sueño tenia un significado -Si soñabas con una serpiente eso significa que bla, bla, bla; si soñabas con un murcielo eso significaba lo que fuera.


Le debemos al sueño, a la interpretación que desde hace milenios se le ha dado al sueño, la idea de que tenemos un alma, es decir una consciencia particular. Le debemos, pues, la idea de que nuestra psique y nuestro cuerpo sean dos realidades distintas. Le debemos, por eso, la idea de la inmortalidad del alma así como también la idea de que nuestro cerebro contiene ideas (Y la psicologia debiera de consistir en descubrir las supuestas ideas o sensaciones que contiene nuestro cerebro). Y consecuentemente, a esa interpretación le debemos la idea de que a través del sueño alcanzamos descubrir realidades veladas, profundas, mistéricas. Como decía el poeta catalàn "és quan dormo que hi veig clar" (es cuando duermo que veo claro).

Pero todo esto nos sabe, hoy por hoy, completamente falso ¿Cómo interpretamos entonces el sueño? ¿Como interpretamos la imaginación y la consciencia? En fin, ¿como nos vemos a nosotros mismos?

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