Aforismos
El arte aforístico se nutre de una pretensión singular: la de dejar atrás toda forma de sistematizar, solidificar y mecanizar el pensamiento.
Pensamiento fractal
El arte aforístico se caracteriza por su estilo accidentado y fragmentado, y con ello suele esconder patrones y simetrías capaces de convertir ideas en relámpagos que nos aturden y avivan entre remolinos de luces y sombras.
Sistemas filosóficos
Aún hay, especialmente en las universidades y entre los expertos académicos, bastantes quienes sostienen que la filosofía consiste en tejer un sistema de pensamiento sistematizado, coherente y en tal sentido, compacto y cristalino.
Ciertamente estamos ante gente que cree que lo sólido y bien estructurado es lo más fuerte: lo que cuesta más de criticar y romper ¡Que el diamante es lo más duro! Desde luego salta a la vista como semejantes expertos desconocen por completo los estados de la materia... Y el agua sólo se rompe cuando se congela. El fuego jamás.
Pensamientos delicados
Una manera de evitar que te se rompa algo es romperlo primero.
Reversibilidad
Todo se puede recomponer; si eres lo suficientemente inteligente o lo suficientemente paciente.
Última palabra
Decir la última palabra sobre un tema es como recoger la última manzana de un manzano. Sólo es cierto hasta que el manzano vuelve a florecer.
Aprender a leer
Uno empieza a saber leer un poco cuando aprende a escuchar el tono de voz que esconde el escrito.
Una postura denigrante
Presumen algunos grandes filósofos de ser amigos de la verdad. Sin embargo, ¿acaso no resulta denigrante para un amante que su amada solo lo quiera como amigo?
Mefistófeles
La verdad suele ser muy femenina. ¿Muy femenina? Suele embobarse locamente por malotes y diablillos; espíritus indómitos, jactanciosos y digresores. Ahora bien, seguramente en público siempre lo negará, poniendo cara de santa.
La verdad sabe siempre especial
La verdad adora atraer a mil pretendientes. Tan gran poder de atracción le sube el ego hasta convencerla de ser especial.
Para reírse de uno mismo
Demasiadas veces presumimos de lo que carecemos ¿Será que soñamos con mejorar?
Herejes y negacionistas
Los "buenos" ciudadanos no entienden que hayan unos pocos locos necios que no quieran comerse el pienso que la sociedad distribuye por sus canales oficiales lleno de actores, bufones y expertos mediáticos. Y menos entienden que se nutran a base de malas hierbas y "venenosas serpientes".
Mala consciencia
Ir contra el pensamiento general y bien asentado, contra sus verdades y emociones y su visión de qué es bueno y malo para la vida, genera muchas veces una profunda inquietud de consciencia entre los pocos que se atreven a ello. Esta mala consciencia les lleva, no pocas veces, a volverse taciturnos y asumir el rol de "malos" que, precisamente, les otorgan los demás incluso lanzándoles una sola mirada llena de desconfianza.
Mundo simple
Tenemos, siempre, una visión de las cosas la mar de simple y superficial, pero nos encanta ignorarlo y engañarnos al respecto.
De lo profundo de una idea
La profundidad de una idea es siempre una sensación, reflejo de una apreciación.
Ya lo comprendo
Comprender una idea es siempre una sensación, fruto de una apreciación.
Creyentes
Se inventaron hace milenios a Dios, el gran demiurgo, porque les encantaba pensar y creer que gracias a él era posible lograr comprender de qué va el mundo y la vida. Y bajo la fe en Dios se colocaban como jueces sumarios de todas las cosas.
Ateos
No pocos han matado a Dios pensando y creyendo que ya saben de que va el mundo y la vida, y colocándose como jueces sumarios de la vida, precisamente, dictaminan que Dios es una idea prescindible.
Creer y no creer en Dios
Sorprende apreciar como, entre quienes creen y quienes no creen en Dios, abundan quienes no entienden como tan colosal idea sustenta, nutre y permea en silencio toda la civilización occidental desde hace milenios.
Cuestión de necesidades
Nos reclaman, nos alaban, ruegan y nos hacen caso en la medida que creen que nos necesitan. Cuando ya nos ven prescindibles pasan de nosotros y nos desprecian.
Construcción espiritual
¿Habrá sido la milenaria idea de Dios (todo el pensamiento dogmático y metafísico) sólo un andamio a través del cual construir y elevar el pensamiento occidental?
Te creo
Basta con afirmar algo con rotundidad y convicción para que una mayoría lo juzgue, sin más, como cierto ¡Y obedezca!
OBDC
De forma inconsciente y necia nuestra mente suele tomar toda afirmación como una orden, una exigencia, una necesidad; con motivo de primeras la valora inocentemente como una verdad.
Intelectualismo moral
La fórmula ética: "la verdad nos lleva a las buenas acciones y éstas a la buena vida", es la base del pensamiento máquina y con él, poder considerar el ser humano un autómata que cumple órdenes... ¡O que sigue la verdad! Da lo mismo.
Principio inmoral
El primer acto inmoral consiste en poner en duda cualquier afirmación y no tomársela como una necesidad, una orden, una exigencia y por consiguiente, una verdad, sino hipótesis.
Triste
Es triste y paradójico tener que ordenar a la gente que no se tome las afirmaciones como verdades.
Dirigiendo la mente de la gente
Cuando una autoridad afirma una cosa y luego la contraria sin despeinarse emplea el viejo truco psicológico de generar confusión para romper la confianza racional de la gente, y con ello, volverla mucho más obediente a las ordenes e indicaciones que le da tal autoridad. Dado que la gente, ante el lío, termina por no comprender nada por sí misma, entonces ya no evalúa las afirmaciones emitidas por la autoridad y se deja llevar plácidamente por ésta al creer que ella comprenderá lo que ellos ya no comprenden. Así la gente se vuelve autómata: afirmación que escuchan de la autoridad, afirmación que obedecen, pues han desechado intentar comprender ya nada en ella.
Obediencia racional
Kant afirma: obedece siempre, pero sólo obedece aquello que comprendas por ti mismo que es correcto y necesario obedecer siempre. Sin embargo, ¿acaso debo obedecer lo que afirma Kant?
La comprensión
Obedecer sólo lo que comprendemos que es correcto y necesario obedecer siempre... Vaya, vaya; y, ¿cuántas formas hay de manipular, tergiversar, conducir y reconducir nuestra forma de comprender las cosas? ¿Acaso la comprensión del mundo no cambia y se transforma generación tras generación?
No es fácil despertar del sueño
Confiesa Kant: "Hume me hizo despertar del sueño dogmático". Pero el alemán se calló que después dio media vuelta, se abrazó al idealismo trascendental y siguió durmiendo.
Mayoría de edad intelectual
Pensar por uno mismo es siempre un lujo y un privilegio que ninguna sociedad le permite alcanzar a cualquiera. Muchos halagos, premios y dinero otorgan las sociedades para que la gente no goce de tal privilegio.
De como los demás nos llevan a engañarnos a nosotros mismos
Que los demás aplaudan tus ideas y decisiones, reclamen tu consejo y te regalen alegremente su confianza con entusiasmo lleva fácilmente a cualquiera a creerse que sabe de lo que habla.
Buena cultura
Olvídate de que te aplaudan y te recompensen si no les cuentas lo que desean escuchar, lo que excite a su personalidad y, con ello, les permita sentirse orgullosamente sabios de haberte escuchado.
Recoger un premio
¿Quiénes son estos para darme un premio?
El mejor y único reconocimiento
El de tu enemigo.
No son mis enemigos
Que alguien te tenga por su enemigo, incluso te odie, te tema o te juzgue la causa de sus males, no es un sentir necesariamente recíproco. Poder llegar a ser tu enemigo y hacerte daño, ¿acaso no es un privilegio que se tienen que ganar?
Pensamientos a batir
Hay muchas verdades que no gustan y, además, duelen, y quien se atreva a defenderlas y mostrarlas en público se convertirá de inmediato en el pensador a temer. Así le ocurrió a Maquiavelo.
La ley del silencio
Se silencia lo que se teme y hace daño
Hacerse el tonto por miedo
Tachar un pensamiento de incomprensible y loco; eh aquí otro infantil recurso usado para esconder lo que nos da miedo, nos afea o perjudica. Así ha ocurrido con Nietzsche.
Verdades selectivas
Hay pensamientos que parecen favorecer a unos a costa de otros. Los primeros intentan promocionarlos mientras los otros a silenciarlos, menospreciarlos o exterminarlos.
Peligros educativos
No pocas veces la educación termina atrofiando los instintos y la alegría de vivir. Basta con pasearse por alguna universidad actual para encontrarte más de un zombi ¡Y dos!
50Kg
Un burro trajina 50 kg de peso sin problemas y con alegría; es un peso que le estimula y no le agobia, se le ve suelto y casi bailando. Para un perro llevar 50 Kg de peso es un martirio y una especie de tortura inhumana. Sin embargo el mundo está lleno de idiotas con perros, pero que de algún modo envidian a los burros y sus alegrías, de modo que obligan a sus perros a llevar 50Kg: -Venga cariño, ponte encima los 50kg y así llegarás a ser tú también un burro- Le dicen al pobre chucho, que saca la lengua y solo piensa en comerse una galleta.
Dependencia emocional
Asusta apreciar como gran parte de los ciudadanos se ve incapaz de desapegarse de aquellos quienes constantemente se aprovechan de ellos y les llevan a tomar malas decisiones simplemente porque necesitan confiar en "alguien".
Lo más fácil es siempre lo más probable
Resulta mucho más fácil simular que se realizó una gesta muy difícil y compleja que llevarla realmente a cabo.
Límites de la ingenuidad
Nadie es nunca tan ingenuo como para creerse siempre todo lo que le cuentan. Al final, por muy poco raciocinio que tenga uno también termina por detectar contradicciones y paradojas entre toda la sarta de memeces que le cuentan.
Maraña
Viviendo de forma ciega y estúpida muchas veces no nos damos cuenta del lio gordo donde nos metemos. Es cierto que a veces utilizando la inteligencia podemos desmarañarnos y ver claro como salir del entuerto, pero no pocas veces la inteligencia no basta. Entonces hay que apelar a otras facultades más primarias ¡Y con ello nos cegamos de nuevo!
Elogio a la estupidez
La estupidez es una gran fuerza, de modo que puede con muchas cosas. Es curioso, donde la cordura falla lo más cuerdo puede ser emplear la estupidez más radical.
Que listo eres
Una de las formas más efectivas de excitar y avivar la ingenuidad de los demás, y engañarlos, es adularlos hasta hacerles creer que son mucho más listos e inteligentes de lo que son ¡Hacerles creer que ellos sí saben y están en lo cierto!
Felicitar a los que se creen tener la razón:
Decía Napoleón: "nunca corrijas al enemigo cuando se equivoca."
Atontamiento científico
Nos enamoramos locamente de nuestra verdades y bajo tan gran embrujo las vemos mucho más guapas , firmes y lógicas que quienes no las miran bajo nuestro atontamiento.
Volviéndonos listos
Equivocarse, desengañarse y pasarlo mal es una de las mejores formas de volvernos listos, pues el dolor, la preocupación, la desconfianza y el tener que darle vueltas a las cosas es un acicate para nuestra inteligencia; al menos si a ésta aún le queda sangre.
Es lo que toca
Son muchos quienes se someten fácilmente a la sensación de que el mundo tiene que tener un sentido, un orden y una razón de ser, y cuando hacen algo lo hacen porque: -es lo que toca- Se justifican al más puro estilo estoico. Ciertamente, para que este tipo de gente haga lo que uno quiere que hagan basta con persuadirlos de tal forma que crean que "eso es lo que toca hacer".
Deseo hacer esto
Son muchos quienes se consideran libres en la medida de que pueden o no pueden hacer lo que desean. Basta con persuadirles a desear algo para que automáticamente se presten a ello por iniciativa propia.
Igualdad
El concepto de igualdad es una ficción y un error nuestro, y como tal lo usamos instintivamente a nuestro antojo.
Igualdad discriminatoria
Siempre discriminamos cuando igualamos. Pero eso no te lo cuentan esos grandes embusteros y papanatas de los igualitaristas.
Tratar de igualar
Para considerar que dos cosas son iguales hay que someterlas, siempre, a un mismo tratamiento. Sí, siempre y sin excepción hay que manipularlas, tergiversarlas y modificarlas para llegar a juzgarlas de algún modo como iguales. La igualdad es, pues, un error, una perversión de las cosas y un artificio nuestro.
Deseo de igualdad
Muchas veces queremos ser tratados como iguales siempre y cuando quiten cosas a los demás para dárnoslas a nosotros. En eso no hemos madurado nada y somos como niños pequeños.
El perro del hortelano
No pocas veces exigimos ser iguales porque no queremos que los demás logren lo que nosotros nos vemos incapaces de lograr. En eso somos así de miserables.
Generosidad igualitaria
Otras veces nos creemos tan superiores a los demás que al mirarlos nos vemos solos, y tal singularidad nos quema el alma, mientras soltamos: pobre gente, da pena. Y ante semejante locura no podemos evitar regalar parte de lo nuestro para que sean como nosotros, unos iguales, y así dejar de sentir el resquemor de esa singularidad.
Generosidad infértil
Dar limosnas, ya emocionales ya económicas, nunca ha dado fruto; es una muestra de cuan pobre e impotente es el que da. Sin embargo, desde hace milenios se ha montado un gran negocio alrededor de la lástima y la limosna como formas de prostitución emocional.
Acaparamiento solidario
Muchas veces necesitamos dar y repartir para vaciarnos y poder volver a recibir y ser llenados hasta arriba de nuevas cosas.
Verdades de Don Juan
Los grandes amantes, que gracias a su arte han logrado seducir a multitud de mujeres gozando de sus favores, siempre se han reído en silencio de las ideas, opiniones y teorías sobre las cosas que las mujeres han defendido con ilusión y entusiasmo.
Seducir a un hombre
Las mujeres nunca han necesitado inventarse mil milongas para seducir a un hombre; a muchas con una sonrisa les bastaba. Y a no pocas ni eso.
Diferencias iguales
La diferencia entre dos cosas se estipula por la desigualdad que aparece en cada una de ellas al aplicarles un mismo tratamiento a fin de pautar una cierta igualdad entre ellas.
Pruebas y rituales de iniciación
Tener que pasar una prueba, una selección o un ritual de iniciación sirve para poder ser tratado como un igual con todos aquellos quienes también lo hayan ya superado.
Las mismas leyes para todos
Que todo el mundo atienda a unas mismas y únicas leyes implica que éstas no afectarán por igual a todos. A unos les perjudicará mucho más que a otros, mientras unos cuantos saldrán harto beneficiados.
Privilegios igualitaristas
Las leyes igualitaristas son formas encubiertas y sibilinas de dar privilegios a algunos, mientras se perjudica a otros, al tiempo que se miente y engaña a todos diciendo: -Aquí somos iguales-.
Pedir equidad
El igualitarismo equitativo siempre termina por ser un pretexto para pedir discriminaciones positivas, dado que para igualar hay que hacer más "favores" a unos que a otros. Termina siendo, pues, la ley del victimismo: buscar la forma de aparentar tener menos para lograr más.
Objetivo igualitarista
Exigir que la finalidad de la sociedad no sea otra que la igualdad "real" es un "no me importa nada como funcione la sociedad". ¿Será el reflejo de algún trastorno mental, de algún odio secreto hacia la sociedad, de alguna voluntad de arruinar la sociedad o simplemente, la astuta forma a través de la cual algunos listos quieren justificar el robar, explotar y vivir a costa de parte importante de la sociedad?
Masificación igualitaria
Pretender igualar a todo el mundo esconde una voluntad de convertir a cada uno en una unidad contable fácil de ser gestionada.
Lo mejor para la mayoría
Cuando se ha convertido a todo el mundo en unidades contables de fácil gestión, entonces se puede aplicar el cálculo utilitarista de las acciones y convencerse de estar actuando de la mejor manera posible. Luego, pase lo que pase, la conciencia respira tranquila y uno ya puede ir a dormir como un bobo: olvidándose de todo .
La libertad democrática
Poder hacer lo que uno desea hacer sin perjudicar a lo demás.
Psicología básica
Cuando se estudia un poco de psicología asombra apreciar lo fácil que resulta manipular, condicionar y dirigir los deseos de la gente: como si fuera un llama, el deseo de la gente crece, se apaga y se dirige según sople el viento invisible.
Los listos, que son pocos, juegan a su arbitrio con este viento, mientras la mayoría inocente atiende, sólo, a lo que creen, y sólo creen en aquello que ven sus ojos; y estos les dicen: el fuego baila al ritmo que le da la gana.
Pilares democráticos
Los fundamentos psicológicos de la democracia se elevan sobre una grotesca farsa: que nuestra consciencia es soberana, virgen y pura ¡Se mueve por sí misma!
En efecto, se sustenta sobre aspiraciones descaradamente metafísicas, es decir, que no son de este mundo. ¿Será la democracia una forma política de huir del mundo, la vida y la realidad? Es más, ¿y si fuera una especie de suicidio colectivo? Mejor aparquemos tan peligrosas dudas y volvámonos tontos. ¿Tontos? Sí, dejémonos llevar por la corriente como si ya estuviéramos mentalmente muertos.
El anzuelo democrático
Hacer a la gente partícipe de las decisiones a tomar conlleva implicarlas en las consecuencias; hecho que permite descargarles la responsabilidad. En efecto: cuando todos la matan, entonces callan y allí nadie habla de asesinos.
Libre albedrío
Occidente ha crecido nutriéndose de un prejuicio falso y una supina mentira: que nuestra consciencia es libre y autónoma para decidir, con lo cual sería la máxima responsable de nuestros actos ¡Por eso tendría un importancia fundamental para la vida! Sin embargo nuestra consciencia no es más que un títere de nuestro cerebro, es decir, nuestro cuerpo: nuestro cuerpo "decide" bajo complejos estímulos e instintos ciegos, y luego nuestra consciencia lo pone en escena y lo representa con grandilocuencia como si fuera ella misma la responsable de haberse determinado tal decisión ¡Y por eso mismo nos "sentimos" responsables de ello! Pero sólo es un sentir, un actuar, en fin, un autoengaño.
Fácil de engañar
El ser humano es de los animales más fáciles de engañar simplemente porque tenemos consciencia. Y la facilidad de ser engañados ha sido, parece ser, una ventaja evolutiva radical para nosotros: nos ha proporcionado des del lenguaje a ese teatro continuo llamado "la sociedad".
Un mundo sin los buenos
Los buenos se esfuerzan en propagar la idea de que sin ellos el mundo sería un infierno; que si no seguimos su visión de la vida ésta se convertirá en algo terrible e intolerable. Sin embargo, con tan gran astucia y énfasis quizás sólo pretenden que creas que son imprescindibles y, con ello, justificar su dominio sobre los demás.
Mil maravillosos mundos sin que dominen los buenos son posibles. ¿Te lo cuentan?
Controlar tus decisiones
Si quieres controlar y dominar tus decisiones atiende, estudia y cultiva tus estímulos e instintos, es decir, tu cuerpo y cerebro. Y deja tranquila a la tonta de tu consciencia, porque terminará haciendo lo que le dicte tu cuerpo.
Errar al juzgar erróneo
Nos preocupamos mucho por no equivocarnos al tomar una decisión, o al realizar una tarea determinada, y muy poco por no juzgar de forma equivocada sobre cuanto hayamos terminando haciendo o decidiendo.
La debilidad juzga
Considerar que algo ha sido un error muestra nuestra debilidad y desventaja ante la situación acaecida, poco más. De hecho, en las derrotas se buscan errores y culpables hasta debajo de las piedras.
La fuerza juzga
Cuando nos sentimos pletóricos y victoriosos nada de lo acaecido nos parece ya un problema ni un obstáculo ni vemos ya tampoco error alguno. En la victoria todos se felicitan y sabe perfecto.
Juicios simples
Tendemos a los juicios simples, unilaterales, tácitos porque si los complicáramos un poco nos pondríamos ya a dudar y no nos permitirían actuar.
El problema de la libertad de opiniones
Cuando al tener que tratar un tema empiezan a surgir opiniones dispares y diferentes el tema se complica, la duda emerge y la indecisión toma la riendas. Cuándo hay que tomar una decisión se fuerza siempre a llegar a un consenso.
Tomar decisiones
Tomamos decisiones para solucionar un problema de hoy. Sin embargo, con esta solución acabamos de plantar sin darnos cuenta la semilla del problema que surgirá mañana, pero nos quedamos tranquilos porque aún nadie lo vislumbra, dado que todavía no existe .
Solución sin solución
Muchas veces una buena solución consiste en no aplicar soluciones.
Resolver problemas
Para resolver un problema a veces lo mejor es generar uno de mayor; pues no pocas veces se cumple la máxima: cuanto más grande más torpe.
Vida contemplativa
Gran parte de la filosofía ha consistido en destacar y detallar el lado complicado e irresoluble de las cosas humanas. Con motivo ha molestado tanto a las gentes sencillas y laboriosas, quienes la han tachado de chachara inútil, ¡para señoritos!, puesto que tal divagación nos lleva a dudar y la duda nos asombra profundamente hasta paralizarnos. Eh aquí lo que se ha llamado durante milenios "vida contemplativa".
De como hablar a la gente sencilla
Con afirmaciones simples, tácitas, indubitables y que, por tanto, les aporten una acción rápida ¡Sea la que sea!
Mentalidades trabajadoras
Ser productivo para una mentalidad trabajadora y nada inteligente es estar haciendo algo ¡Lo que sea! Con motivo este tipo de gente nunca son los mejores para dirigir proyectos; todo lo basan en la fuerza bruta del trabajo.
Alcanzar la excelencia
Hacer lo máximo con el mínimo esfuerzo.
Verdad común
La gente sencilla toma por cierto y verdadero lo que se defiende por unanimidad, aunque esa unanimidad haya sido por consenso, imposición o azar, por engaño, necesidad o convención. La gente sencilla ni se atreve a ir contra la unanimidad ni mucho menos a reírse de ella, con lo cual se doblega ante ella.
Alma filosófica
Lo que ha distinguido a gran parte de los filósofos del resto de gente durante milenios es su tendencia vagabunda a sacar a flote el lado complicado, oscuro y profundo de las cosas, poniendo a todo el mundo nervioso. Sí, tienen esa extraña, incomprensible y a la vez fascinante convicción de que sólo a través de lo dudoso y complicado se puede alcanzar la luz, y con ella en mente, terminar realizando la mejor de las acciones.
ADN de los filósofos
De la obra de los grandes filósofos sorprende apreciar esa espectacular mezcla de ingenuidad y sabiduría estrechamente hilvanada como una hélice genética, de modo que una no podría darse sin la otra.
Ambivalencia comprensiva
Todo se puede simplificar y a la vez complicar como si fuera una golosina.
Eliminar lo irracional de la vida
Simplificar y reducir la existencia, con toda su locura y complejidad, a un único principio fundamental ha sido la obsesión de todos los carácteres filosóficos. Y cuando han llegado a tal principio, el cual dicta "todo es uno", de repente se han encontrado con una idea irracional sumamente compleja y oscura de concebir y explicar: ¿Qué significa que todo sea uno? ¿Y qué es exactamente este uno?
Artista y espectador
Es muestra de suma inteligencia ser capaz de simplificar lo complicado y volver fácil lo difícil, de modo que es muestra de poca inteligencia atender sólo a lo simple y fácil.
¿Cómo medir lo complicado?
Mediante la noción de azar.
El gran anhelo de la inteligencia
Llegar a simplificar el azar hasta volverlo completamente comprensible, preciso, simple, inteligible ¡Previsible! Por supuesto que se puede lograr tan titánica victoria, pero a costa de sacrificar la propia inteligencia y comprensibilidad. Pero, ¿no es eso paradójico?
Ética del azar
Lo complicado nos lleva a dudar, y la duda nos regala un dado para lanzar y decidir qué opción tomar. Pero pocos le saben jugar al azar sin perder los papeles.
Postmetafísico
No existe nada por sí mismo, sino por contraste, de modo que cuando algo tiende peligrosamente a existir por sí mismo, de alguna manera, en algún sitio, en algún instante, tiende a autodevorarse hasta disolverse en muchos otros ¡Y al revés!
La importancia de tener enemigos
Es vital tener quienes te contradigan, te limiten, te avasallen, te odien y teman, te quieran robar, destrozar, menospreciar y te envidien ¿No te sube eso la autoestima? En caso contrario uno se vuelve su propio enemigo... y se autodestruye.
Recuerda siempre
Vale la pena estar siempre tranquilo; tarde o temprano serás pasto del tiempo. Y tras del tiempo siempre se oculta sibilina una inmensa incógnita.
Las palabras no hacen milagros
Que empleemos exactamente las mismas palabras y expresiones entre nosotros es puro convenio, aprendizaje y adoctrinamiento social, y para nada implica que mediante tal imposición nos transmitamos de algún modo mágico las mismas ideas, pensamientos, experiencias o emociones.
Recitar un poema de Machado no es revivir en nosotros lo que Machado experimentó al redactarlo.
Del leer
¿Qué importa lo que pensara, sintiese o experimentara quien redactó y compuso lo que escuchamos y leemos? Vete a saber. En todo caso, sí importa atender qué somos capaces nosotros de experimentar, pensar y sentir al apreciarlo. Con razón resulta tan bello, recio y preciso cultivarse: uno aprende a experimentar, pensar, imaginar y profundizar por sí mismo, alimentándose de los demás.
De quienes se dejan engañar por las palabras
Desde antiguo las palabras nos llevaron a creer que existe una verdad común, universal, igual para todos, porque el convenio lingüístico nos genera la falsa impresión de que hablando nos entendemos, es decir, que mediante las palabras que todos usamos de ordinario estaríamos también compartiendo, de algún modo mágico o milagroso, las ideas y experiencias más íntimas de unos a otros.
Si digo "verde" la gente cree de inmediato que mediante esta palabra le estoy compartiendo, o transmitiendo, una cierta idea concreta que experimento dentro de mí. Pero aquí nos engañamos como niños pequeños; como se engañan los espectadores más entusiastas cuando consideran que la camiseta hace al jugador ¡Que si se ponen la camiseta se vuelven ya ese jugador por arte de magia, porque la camiseta les ha transmitido "su alma"!
Durante milenios se han tratado las palabras como si fueran reliquias; una superstición que aún domina la mente de las gentes de forma tiránica e intransigente.
¿Cómo se comunican las ideas?
Cada uno percibe y atiende cuanto otros dicen y hacen, y sobre ello genera imaginativamente su propia interpretación sobre lo que supuestamente esos estarán pensando, sintiendo y experimentando. Así se comunican las ideas: como un fantasioso juego de interpretar y reinterpretar constante e ininterrumpido.
Vemos, pues, el comunicar como un proceso inevitablemente creativo, metafórico y plástico. Hay siempre un abismo entre lo que los demás nos cuentan con palabras, colores, símbolos, sonidos y gestos, y lo que nosotros entendemos; y siempre entendemos según lo que somos capaces de imaginarnos y recrearnos ¡Nada más! Con razón lo que entendemos, y no entendemos, dice tanto de nosotros en un momento dado.
Literatura
Saber leer es un arte: el de imaginarte un mundo propio a través de lo que cuentan otros.
El renacimiento
Si el renacimiento superó en muchos aspectos a la antigüedad clásica fue porqué algunos hombres peculiares del renacimiento, al leerlos, interpretaron a los antiguos de un modo que ni ellos mismos se hubieran imaginado.
Maestro y discípulo
Ningún discípulo jamás ha comprendido al dedillo a su maestro, aunque haya aprendido a recitarlo de memoria. Y de una escuela, una secta o una ideología suelen surgir otras.
Se hace viejo
También la enemistad envejece. ¿Se volverá también más astuta y sabihonda como el demonio?
Maestría
El mejor maestro es el que ha actuado como el primer enemigo a batir. Pero son muy pocos quienes se atreven a ponerse a prueba ante sus discípulos.
Futuro
Espera siempre lo inesperado, mientras te preparas para que suceda lo esperado.
Orgullo
El orgullo es una fuerza bruta.
Someter y esclavizar
Haz que se sientan orgullosos de trabajar, luchar y sufrir, y sentirán vivir una vida libre.
¿Será el orgullo malo?
Quizás cuando se siente herido, pero de seguro cuando está muerto y ya huele a podrido.
De como matar el instinto de vivir
Pierde el tiempo aprendiendo cuanto no te permite cazar, devorar y asimilar la vida.
Vivir y sed de poder
Todo vive a costa de lo demás. Basta con crear una nueva institución para que ésta se dedique a rapiñar y alterar a la sociedad a fin de ir tomando peso dentro de ella.
Guerra pacífica
Gandhi hizo la guerra usando la inacción y la pasividad como arma de lucha ¿Cómo iba a estar Gandhi contra la guerra?
Qué fácil es pedir
Son muchos que se llenan la boca para pedir la guerra, es decir, para luchar por lo que juzgan una causa justa. Piensan que por exhortar a los demás a luchar ya van a ganar. Salen al campo cantando victoria. Ilusos.
Primera premisa de la lucha
Sabes como empieza una guerra pero nunca como va a terminar.
Segunda premisa de la lucha
Si te metes en una lucha, aunque pienses que defiendes lo justo y te valores como el bueno de la película, recuerda que puedes perder. En la lucha se gana y se pierde, y los juicios morales son, a lo sumo, un premio de consolación para perdedores.
Tercera premisa de la lucha
Nunca emprendas una guerra directa y total cuando de golpe entiendes que el enemigo ha logrado dominar los puntos clave y precisamente por eso querrías declararle la guerra. Ya vas tarde.
Razones para luchar
Tener razones para empezar una lucha o una guerra nunca es motivo suficiente para hacerlo.
Motivos para luchar
¿Se te pone a tiro controlar ciertos puntos clave y de poder? Aunque creas no tener aún razones para luchar, es el momento de hacerlo. Luego tendrás razones, pero porqué ya será tarde.
Cuarta premisa de la lucha
Nunca lleves una lucha demasiado lejos; aunque creas tener razones para ello nunca hay motivo. Y una retirada a tiempo es media victoria. De hecho, es la verdadera forma de llevar la guerra "más lejos".
Quinta premisa de la lucha
El único motivo para luchar es ganar. Todo lo demás es dar un paso directo hacia la derrota.
Ganar la guerra
Evitando batallas se han ganado muchas guerras.
Ganar los buenos
En una guerra nunca ganan los buenos, pero los que ganan van chillando que ellos son los buenos. En Hollywood hay muchos de estos.
Guerra cultural
Los nietos de Marx han aprendido, quizás gracias a Gramsci, que las guerras de metralletas y misiles no son muy determinantes ni definitivas, sino que el más importante campo de batalla es siempre el cultural y ético, el espiritual, dado que ganarlo permite imponer un relato, el relato esclaviza la impresionables consciencias de la gente y éstas acaban empuñando las metralletas.
¿La ética progre va contra la vida?
Si quieres crecer y prosperar en la vida no te metas con los más fuertes, sino con los más débiles. Todos los depredadores siempre se alimentan de las víctimas más débiles e indefensas. Sólo en casos excepcionales y de extrema necesidad dejan de hacerlo.
Sí, cazar es siempre una actividad sumamente arriesgada, pues al cazar te expones a perder la vida. Y sí, la vida vive de la cacería constante.
Ablandar piedras
Antes de luchar ablanda a tu enemigo y veras como lo cortas como mantequilla. Y, por contra, si ves que te están ablandando... ya sabes que vendrá después.
Carne de cañón
Lo que define a los esclavos y los conquistados de todas las épocas: no se les permite cazar ni luchar, y se les mantiene viviendo mientras interese. A los esclavos nunca se les permite ejercer la violencia, es decir, la libertad de acción.
Mala prensa del esclavismo
La vida ama la esclavitud, el servilismo, el estar atado y vivir a merced de otros. De hecho, la vida suele abandonar fácilmente a las aves que han crecido en cautividad cuando son liberadas.
Grandes problemas
Si se te abalanza encima un problema inmenso, apártate y que lo tome otro que se vea con fuerzas.
Pensamiento analítico
Ante un problema inmenso Julio César descubrió como solucionarlo con una frase lapidaria: divídelo y vencerás.
Iniciar una empresa
Cuando inicies un proyecto empieza por lo más fácil de solventar y dominar; con ello iras ganando confianza y creciendo.
La solución
La solución siempre consiste en atacar los puntos débiles para llevar el problema al colapso. Deja que los tontos se agoten atacando lo fuerte e inatacable por su enajenación moral y su heroico idealismo de pacotilla.
El mundo de la felicidad
Así como el fuego gusta de consumir todo cuanto le rodea así los politoxicómanos y camellos te suelen invitar a formar parte de su mundo de la felicidad.
Someter mediante drogas y tóxicos
Los espartanos obligaban a sus esclavos iliotas a vivir apegados al vino, mientras ellos vivían del agua. Así ponían de manifiesto que eran de una raza superior y más digna.
Doble moral
Quienes se respetan profundamente a sí mismos y gozan de alta estima tienen un código moral muy diferente de quienes se menosprecian y no quieren ni verse al espejo. Nuestros instintos más fuertes dominan y configuran nuestras ideas aparentemente más objetivas, entre ellas, los valores morales.
Egoísmo objetivo
Estamos tan ensimismados en nosotros mismos que constantemente tomamos nuestras apreciaciones, sensaciones y afectos como si fueran las cualidades objetivas y metafísicas de las cosas: -El hielo es frío, los espaguetis a la carbonara están buenísimos y el capitalismo es injusto-. Emitiendo tales juicios nos creemos Dioses conocedores de los misterios metafísicos de las cosas, cuando éstos simplemente nos delatan como personas. Sí, nuestros juicios y valoraciones casi sólo hablan de nosotros. Por tan gran motivo nos resultan indispensables.
Misterios nihilistas de la vida
Si no hubiera verdad alguna en las opiniones humanas ello conllevaría que toda opinión humana sería siempre ficticia, artificial e irreal, con lo cual la opinión, y con ella el lenguaje y el pensamiento humano, resultarían absurdos, completamente absurdos. ¿Qué implica eso? Entramos de lleno en el nihilismo científico más oscuro y riguroso, que dicta: resulta absurdo intentar comprender la realidad ¡¿Para que seguir intentando conocer el origen de la vida, su destino, sus misterios y secretos si todo es falso?!
Sin embargo, este nihilismo absoluto no dejaría de ser otra opinión ficticia, artificial e irreal más.
Constatación empírica
En toda constatación empírica hay mucho más de convenio y apreciación humana que de supuesta realidad objetiva y metafísica. Los hechos no nos muestran como son las cosas por sí mismas, sino como son las cosas según nuestras estructuras conceptuales. Y sí, cambiando tales estructuras cambia el significado y el valor de los hechos, incluso su forma.
En fin, los hechos no son elementos innatos que nos vienen dados tal cual, sino que los configuramos.
Pienso para ciudadanos posmodernos
Nadie tiene la razón
No se debe generalizar
No digas a los demás lo que tienen que hacer
Piensa por ti mismo
Decir verdades
Nunca juzgaré como mentira una mentira que me crea.
Utilitarismo científico
Hay mentiras que nos saben útiles y beneficiosas, incluso que nuestro cerebro de forma instintiva, silenciosa, pero agresiva considera irrenunciables para poder configurarse una idea de las cosas.
Diablillos contemporáneos
Durante la edad media tras los males del mundo las gentes sencillas siempre chillaban medio histéricas: ¡Es culpa del diablo!
Los socialistas ilustrados que surgieron de las revoluciones industriales nos han curado de ese miedo atávico al diablo como causa de los males del mundo, pero a costa de incentivar otra histeria: ¡Es culpa del capitalismo!
¿Qué es el capitalismo?
En esencia es un dejar que sea el dinero el que gestione los recursos hasta le punto de estructurar incluso las relaciones sociales. Y para nada es un movimiento moderno. Ya Platón lo identificó como el sustento de uno de los peores y más denigrantes sistemas políticos: la democracia.
El capitalismo como tiranía
Marx explica como el capitalismo financiero, que lleva a mercantilizarlo todo, se ha erigido como una de las más fuertes tiranías sociales, dado que no admite contrapoderes que le hagan sombra. Y en vez de pedir un contrapoder para poner a ralla esta sed de dinero sin sentido, mientras se saca a la vez provecho de su fuerza bruta, promovió su completa destrucción al sufrir los violentos efectos mentales de esa famosa alucinación metafísica suya: el comunismo.
Antídoto contra el capitalismo
Licurgo descubrió un muy buen antídoto contra el febril deseo por el oro de los tenderos: una educación viril, coherente y guerrera ¡Y unos 1.000 años perduraron implacables sus leyes! Platón tomó nota casi al pie de la letra. Aunque este "casi" es un poco laxo.
Por dinero
"Quien crea que con dinero podrá hacerlo todo, terminará haciéndolo todo por dinero", nos recuerda un sabio antiguo.
Esclavismo socializado
La deuda es la forma civilizada de explotar y esclavizar a millones de ciudadanos, obligándoles a seguir cada día en la carrera de la rata, pagar impuestos y mantener la maquinaria social en funcionamiento. Sólo unos pocos saben usar el endeudamiento como una forma de liberarse de cadenas y prosperar.
Malas personas
Hay muchas malas personas en el mundo, si es que tomamos como malas personas aquellas que te enseñan a temer, odiar o insultar la cosas diciéndote que son éstas las culpables de tu malestar, en vez de enseñarte a usarlas para tu beneficio y crecimiento personal. Y sí, abunda la mala gente hablando con suma inquina del dinero, el capitalismo y tantas otras cosas.
El placer se ríe de la consciencia
No importa tener sumamente asumido que algo sea incorrecto, falso, o bien que te va a perjudicar y sufrirás luego; si tu cerebro se excita con ello al provocarle sumo placer, entonces te obligará a creerlo, seguirlo o a hacerlo sin ni que te des cuenta. Y tú, iluso, no vas a vencer jamás a tu cerebro desde esa enclenque y chillona consciencia tuya, que va de digna por la vida, no siendo en verdad más que una mocosa.
Intentar tomar consciencia de las cosas para mejorar como persona no pocas veces no es más que consuelo de tontos.
No es lo peor
Decir de algo que nos ha hecho sufrir ni de lejos es lo peor que se puede decir de eso. Muchas veces es incluso un alago.
Egoísmo máquina
No queremos que nadie se muera, no porque nos importen las personas en concreto que puedan estar ante ciertos peligros, sino porque, en efecto, no queremos que nadie se muera.
De las matemáticas
De las matemáticas no sorprenden tanto sus verdades exactas, precisas, sus relaciones casi mágicas entre aspectos a primera vista dispares y ocultos, sino en especial el descubrir como en todos sus ámbitos presenta dudas abismales.
Bendita ignorancia
La gran suerte de las ciencias y el conocimiento, lo que nos lleva a apasionarnos por ellas, es darnos cuenta de que en el fondo no tenemos ni idea. Y cuando no tenemos ni idea de un tema, entonces resulta lícito desplegar nuestro ingenio para intentar crear nuevas ideas.
Poderes superhumanos
Nuestro cuerpo y nuestra mente aguantan mucho más de lo que creemos, incluso de lo imaginable, pero nos da miedo tantear tales poderes en la medida que no creemos en nosotros mismos.
Mismos problemas de siempre
Los grandes enigmas de la física actual son parejos a los de la física griega. No han cambiado en 2.500 años: ¿Hay un origen de donde surgió todo? ¿Será este origen el puro vacío (Kaos en griego), o acaso lo indefinible (Apeiron) o bien el No Ser platónico como defiende Penrose a su manera? ¿Hay algún elemento fundamental que constituya todas las cosas? ¿Es posible hallar una teoría definitiva y completa para describir el mundo físico, o nuestras descripciones y teorías físicas nunca podrán dejar de ser hipótesis como defendía Parménides? ¿Es el universo infinitamente novedoso o colapsa de forma cíclica para renacer de nuevo? ¿Existen infinitos universos distintos como defendían Anaximandro, Demócrito y otros? ¿Acaso el universo es guiado por una inteligencia ordenadora (Nous) que lo ha dotado de unas leyes determinadas, precisas, únicas y por ello comprensibles, o bien es puro azar, caos sin sentido e hijo de la fuerza bruta de las posibilidades?
No hay solución
Que haya preguntas que no tengan una respuesta buena y definitiva sólo es un problema para los buenos estudiantes. Para la vida es una puerta abierta a mil mundos distintos.
Soluciones elitistas
Mi solución a una pregunta sin una solución definitiva tiene siempre unas consecuencias propias. Con motivo no a todo el mundo le resulta lícito aceptar tal solución y sus consecuencias. No, no todo el mundo está preparado para aceptar ciertas soluciones al verse incapaces de asumir sus consecuencias, que incluso las juzgan como impensables.
El pensamiento común
Que sobre las grandes preguntas existenciales no haya respuestas únicas, definitivas y buenas nos lleva a pensar que en tales temas no puede haber una verdad común que terminará, algún día, imponiéndose por sí misma a toda la humanidad. En efecto, vemos pues como ese viejo dogmatismo filosófico, con su emperifollada metafísica, cae a plomo.
Verdades comunes
Siempre podemos seguir construyendo un magnífico e inmenso edificio de verdades comunes y aceptadas para todos los que partimos de unos mismos principios y consideraciones. En este sentido, el objetivismo científico siempre es factible. Pero eso no significa que este objetivismo nos muestre las entrañas de la realidad ¡Y nos descubra su misterio! De hecho, y paradójicamente, llevando el objetivismo al extremo llegamos a la conclusión de que deben de haber verdades de la vida que se escaparán de nuestro sistema objetivo. Así se dieron cuenta Gödel y Wittgenstein, eso sí, cada cual a su manera.
Muchos mundos vs el mundo objetivo
Las personas no vivimos en un mismo mundo jamás. El mundo objetivo es siempre una artificialidad y una ilusión humana más, quizás irrenunciable, persistente y por ello harto creíble para muchos, pero poco más.
Conocer la realidad objetiva
Para llegar a conocer la realidad objetiva antes hay que crearla.
Desigualdades intelectuales
La edad moderna se puso a sermonear durante siglos que la razón era una facultad común a todo ser humano, por ser humano. En todo caso, esgrimía, lo que variaba de una persona a otra era su modo de emplear tan divina facultad. ¿Por qué se defendió semejante mentira? Por qué se creía que existía un mundo metafísico que emergía de una única razón universal, la cual era precisamente la fuente de la cual bebía la nuestra. Por tanto, se creía que la razón tenía que ser única e igual para todos al concordar con la razón del mundo... del mundo metafísico imaginado y soñado por esos dogmáticos.
Pero hoy sabemos que la capacidad de raciocinio y comprensión humana es sumamente dispar entre los individuos ¡Por no decir entre las distintas edades en un mismo individuo, como puso de manifiesto ya Piaget!
En efecto, no todos los cerebros desarrollan las mismas estructuras cognitivas y por consiguiente, la capacidad de comprender las cosas resulta ser harto variopinta ¡Podemos crear distintas realidades objetivas!
Y dado que, cuanto no puede ser triturado por nuestras peculiares estructuras cognitivas no existe para nosotros al sonar a hueco, se comprende, entonces, porque tantas veces hablando la gente no se entiende, o bien, hay conocimientos, y sabidurías, que resultan inasequibles para inmensas capas de la población.
Estructuras cognitivas
La noción de causalidad es una estructura cognitiva, así como la de azar o de infinito o de culpa y recompensa, la de sujeto-objeto, etc. Las estructuras cognitivas se crean y luego, se pueden transmitir mediante relatos, por ejemplo, si caen en almas abonadas a que florezcan en ellas. De hecho, cuando se lee un relato, acaso una novela, es factible identificar las estructuras cognitivas que la articulan entre las sombras y, por tanto, el tipo de visión del mundo que se propaga. Aunque quien lo haya escrito para nada sea consciente de todo eso. Con razón hay novelas que encajan tan bien con un tipo de público, otras con otro, etc...
El problema de la alta cultura
El problema de la alta cultura es que fácilmente al entrar en ella te vuelves sibarita, y luego te mal acostumbras hasta el punto de llegar a aborrecer la otra mayoría de creaciones a medio cocer que a uno se le presentan. La alta cultura nos vuelve sumamente injustos y exigentes: nos aísla del mundo de las gentes normales y su ruido perpetuo.
Cultura tóxica
La inmensa mayoría de literatura, cine, música, videojuegos, deporte, política, etc actual es sumamente tóxica a nivel emocional, precisamente porque su finalidad es buscar una intoxicación emocional ¡Es lo que vende!
Gran parte de la población es adicta a las drogas: a los impactos emocionales. Sí, vivimos en una cultura que promociona el drogarse, es decir, el alienarse y perderse el respeto a uno mismo, el cual se muestra con la serenidad, la templanza y la dulce felicidad de una ingenua y natural moderación.
Borrachos culturales
Hooligans, fanáticos, seguidores de, adictos, resentidos y crispados de la vida....
Las drogas más potentes
Quizás sea nuestro cerebro la máquina más potente de fabricación de narcóticos, como la dopamina, la adrenalina, etc. Y está lleno de gente adicta a sus propios chutes emocionales y por eso, esclava de su cerebro febril.
Paradojas de la educación ilustrada
Hacer creer al pueblo que todos somos iguales: seres racionales, pensantes y por tanto aptos para comprender la misma idea del mundo. En otras palabras, se cree que si cualquiera se pusiera de inmediato a empollar la wikipedia comprendería, ya, gran parte de los misterios de la vida; volviéndose, con ello, una alma pura libre, sabia y justa.
En tal sentido, se cree que nuestras diferencias cognitivas serían fruto, más bien, de las distintas oportunidades que hayamos tenido a que nos enseñaran o no las cosas. Y es que se ven a las personas como papeles en blanco: lo que acabará distinguiendo unos y otros es lo que logren apuntarse. De aquí la importancia, para las mentes ilustradas, de volver el conocimiento accesible: ¡Para rellenar esas cabezas huecas de cosas esperando que así se vuelvan sabias y dignas, libres y justas!
Sin embargo, parece como si el fácil acceso al conocimiento haya hecho de la mayoría aún mas boba ¡Más sorprendente incluso! Parece como si una mayoría haya terminado por menospreciar el conocimiento, juzgando que no vale mucho o que no sirve de nada.
La accesibilidad al conocimiento ha acentuado una insolente ignorancia entre parte importante de la población. ¿Cómo lo explican esto los ilustrados?
Suicidio objetivo
Lo curioso y a la vez fascinante ha sido alertar de sopetón como la propia ciencia moderna, objetivista y profundamente metafísica, ha descubierto que se fundamenta sobre la ficción, la mentira, el error y lo indemostrable ¡Cómo ella misma ha descubierto que sus propios fundamentos metafísicos son preceptos caducos que deben ser superados! Pero le cuesta dar el paso... Démosle tiempo.
Nadie vive en la realidad
Vivimos en nuestras propias ficciones mentales, nuestros esquemas cognitivos, nuestras ideas. Y hay dos maneras de generar ideas: una de tóxica, deprimente, nihilista y sólo destacando su lado inútil y sin sentido, vacío y sin valor alguno. Y otra forma de generar ideas: vigorosa, estableciendo un valor, una utilidad, un poder ¡Volviendo las cosas apetecibles y seductoras!
Saber vivir
Es un continuo aprender a autoengañarse.
Proceso epistemológico
Toda idea es juzgada como un engaño y una ficción cuando sabe rara, chirría y no encaja con nuestros prejuicios más fuertes y bien asentados. En efecto, es por eso mismo que se suele considerar al principio una mentira y un engaño, un error o una solemne bobada. Pero si empieza a tener cierta utilidad, si nos proporciona ciertas ventajas y poder, y con motivo empezamos a introducirla en nuestros pensamientos excitados por las nuevas oportunidades cognitivas que nos brinda, terminamos por supeditar, de algún modo, nuestro pensamiento a su influjo. Y al pasar el tiempo ya no podemos prescindir de su aroma, compañía y su fuerza, de modo que se ha convertido en una verdad de pleno derecho.
De error en error hasta hallar la verdad
Nuestra mente vive de sus propios errores y con ellos crea nuestras ideas de las cosas.
Ideas de paja
Nuestras ideas más perfectas y ciertas son como monigotes de paja.
El mundo de las ideas
Nuestra mente crea su mundo de las ideas simplificando, manipulando y alterando de forma brutal nuestras confusas y complejas experiencias. No es que un concepto o idea sea más perfecto que lo que vemos realmente y se asemeja, como decía Platón, sino que nuestra mente coge lo real, lo pule a su antojo hasta volverlo lo más claro y simple para ser comprendido.
De cómo nuestra inteligencia genera conocimiento.
Considerar que todo confuso contraste se compone de dos cosas o elementos en contraposición nos permite asentar la percepción del contraste en nuestra mente y que tome cuerpo, de modo que donde apreciamos contrastes nuestra inteligencia entiende que habrá partes, elementos o cosas distinguibles. Mediante los contrastes concebimos el mundo, pues, como una multiplicidad de cosas.
Por simplificación, entonces, consideramos que dos cosas que se asemejan comparten algo en común. Si dos cosas comparten algo en común entonces nos resulta viable pensar que existe algo que las hace iguales, y no pocas veces nos resulta útil exagerar tranquilamente y pasar sin pudor a tratarlas como idénticas. A fin de cuentas resulta factible para nuestra mente considerar que este "algo común" será su esencia, su identidad, es decir, una cosa propia de la cosa.
Por simplificación nuestra mente adora generalizar: convertir los similar en ley y repetición, y a poder ser la ley más simple posible. Pues cuanto más simple más fácil de gestionar para nuestra mente.
Considerar que cuanto varia, cambia y se transforma de forma suficientemente lenta y casi imperceptible puede ser pensado de forma simple y fácil como si fuera algo sólido, fijo, estático y que mantiene su identidad consigo mismo durante el tiempo. Y nuestra mente disfruta alertando como esta capacidad de mantener su identidad consigo mismo durante el tiempo se puede abstraer y tratar como una idea: el principio de identidad.
Del principio de identidad nuestra mente le resulta fácil creer e imaginarse el mundo como hecho de cosas sólidas, fijas, estáticas y que no cambian ¡Cosas que son lo que son! Pues lo que no cambia y se mantiene con el tiempo es fácil de ser manipulado y trabajado con la mente: lo podemos nombrar y definir de forma fiable, para luego compararlo con otras cosas que tampoco cambian, o combinarlo y relacionarlo sin problemas ¡Incluso dividirlo en partes menores! La lógica es, precisamente, la ciencia que estudia como nuestra mente puede jugar con lo solido, fijo y que no cambia.
Finito versus infinito
Una forma de concebir la diferencia entre lo finito y lo infinito es que lo finito es el reino de lo sólido, fijo, bien definido y por ello, lógico; mientras lo infinito es el reino de lo fluido, confuso, lo nunca fijo y con motivo, metalógico.
El reino de los castillos
La lógica humana no es más que un castillo de hierros y piedras. Son bonitos y confortables para nuestra comodona mente, pero más fascinantes son los castillos de agua o de fuego.
Sectarismo
Toda sociedad actúa, a nivel espiritual, como una secta. Y no pocas veces como una secta destructiva.
Espíritus libres
Huir, menospreciar y asquearse del pensamiento sectario conlleva un no estar nada cómodo viviendo en sociedad.
Espíritus de la contradicción
Hay almas de naturaleza claroscura, como los fascinantes paisajes de Leonardo ¡Ahí tenemos a Michel de Montaigne, quien se nutría y crecía a base de contrastes!
Estas gentes raras, excepcionales y crepusculares se vuelven buenos aprendiendo de los malos; se vuelven sabios aprendiendo de los necios; se vuelven sobrios y serenos aprendiendo de los histriónicos y politoxicómanos; se vuelven alegres y risueños aprendiendo de los amargados; crean sus verdades aprendiendo de las mentiras de los demás... Aprenden, en fin, a emitir luz al enfrentarse a las más profundas tinieblas.
Tendencia hacia el mal
Hay gente que tiene tendencia natural hacia la destrucción y el nihilismo por ser precisamente profundamente creativos. Crecen por contraste. Y las mentes metafísicas e idealistas nunca lo entenderán.
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