sábado, 20 de septiembre de 2008

El Anticristo

Entre amigos no acostumbro demasiado a hablar de filosofia y aún menos de Nietzsche. Sin embargo el otro día hice una excepción. Le envié a Gouns el prólogo y los cinco primeros capítulos del Anticristo. Había ojeado por internet distintas ediciones digitales de esta 'opereta', pero ninguna me satisfacía como traducción. Así que yo mismo escribí el texto (a fin de cuentas sólo eran 3 páginas).

Cuando se habla del Anticristo a la gente ordinaria le viene en mente la imagen típica y folcklórica (el 666, el hijo del diablo, esoterismo, etc). Nietzsche, que sabía más griego que el 99% de los ciudadanos 'semieducados' actuales -Aunque eso no significa que realmente supiera griego; él mismo se complace en ponerlo en duda- parece que tenía muy claro que el término Cristo, a fin de cuentas, en griego significa el Mesías, esto es, el Salvador. El símbolo Cristo significa el salvador de los hombres.
En este sentido, pues, cuando el autor del Zarathustra nos escribe el Anticristo parece decirnos: refutemos la idea de que los hombres hayan de ser salvados ¡Emancipémonos de todas las idiosincracias que predican la salvación de los hombres y por tanto, devalúan de una forma u otra esta vida nuestra en pos de otra supuestamente mejor! De aquí la famosa acusación nietzscheana hacia la compasión -Esa imperiosa necesidad de salvar a los que sufren, a los fracasados de la vida, los incomptentes e incapaces... a los pobrecitos- o hacia el socialismo -Ese sistema sociopolítico el cual exige que todos los hombres sean tratados digna y justamente; mientras todo lo demás no impota un bledo (la economía puede ir a la mierda, la cultura también, la educación igual, lo importante es prometer dignidad y justícia "Sólo cabe escuchar los discursos de Zapatero para formarse una idea más completa de lo que expongo"-.

Si a Newton le debemos reconocer el haber descubierto la ley de gravitación Universal a Nietzsche le debemos reconocer el haber descubierto que desde una óptica moral (de mentalidad) el socialismo es una forma de cristianismo ¡El socialismo también pretende salvar a los hombres prometiendo una justicia, una libertad y una dignidad universal! El socialismo predica la salvación terrenal: afirma poder implantar 'el mundo de las ideas puras' en la Tierra. Pero eso sólo puede calar entre ilusos y gente desesperada. Los demás se ríen de tanta tontería.
Nietzsche intuye que quienes necesitan ser salvados precisamente son aquellos que se sienten incapaces de sacar provecho a cuanto viven. No en vano, éstos requieren de otra realidad que les sea más favorable y óptima ¡Y buscan imperiosa y cruelmente una realidad tal! ¡Y si no la encuentran se la inventan! Lo que implantó el cristiano-platonismo durante más de 2000 años fue ésta otra realidad. Una realidad completamente fictícia -el reino de Dios o el mundo de las Ideas-, en donde, supuestamente, el hombre disfrutaria real y completamente de la vida ¡Sin límites ni por tanto excesos! Mientras que en la Tierra al hombre le ha tocado sufrir sólo males y pecados. (fijarse que esto es, exacto, la base de la filosofía de Schopenhauer. Y con agudeza Nietzsche tachó tal filosofía de cristiana -Una filosofía de la salvación-). Nietzsche, pues, cuando acusa al cristianismo acusa precisamente esta mentalidad impotente e incapaz que se ve avasallada, violada y agredida por cuanto le rodea y afecta. Una mentalidad tan incompetente que la única solución o estrategia emocional capaz de crear para remediar tamaña enfermedad -debilidad- consiste en convertir el hombre en un iluso, un idiota, un imbécil, esto es, en un creyente, un dogmático, un idealista -Un adorador de ideas, definiciones y sistemas-. Es como dar agua salada a un moribundo ¡Lo haces entrar en estado de chock!
Visto esto, creo que hay que ser muy lerdo para no entender que en el Anticristo se crítica el cristianismo como mentalidad o ética ¡El cristianismo como filosofía de la salvación! Y Nietzsche no sólo la critica, sino que plantea una nueva ética cuando escribe: el hombre no es un fin. Esto es: la finalidad de la humanidad no consiste en tener que salvar, proteger y ayudar a todos los hombres -puesto que se exige que el hombre tenga valor por sí mismo-, sino en gestar esos tipos humanos raros y excepcionales que por su vigor (virtud en el renacimiento) se elevan por encima de la media, esto es, por encima de la humanidad -De aquí surge la idea de lo suprahumano-. Sólo estos deben tener derecho a vivir, puesto que son la semilla del futuro de la humanidad. En cambio advierte en el Anticristo: esta mentalidad de salvación sólo pretende llevar a la humanidad al suicidio colectivo, eso sí, de forma subterránea, pérfida y camuflada -En este sentido la tacha de mentalidad parasitaria-.
Sin embargo sucede lo siguiente: quienes se quieren salvar a toda costa, esto es, los carácteres suicidas e impotentes defienden y promueven idiosincracias de impotencia y cansancio: prometen el reino de dios, o la justícia distributiva (el socialismo o esa farsa de liberalismo político que promueve Rowls), o la solidaridad para con los desgraciados y los incapaces del mundo, o el tender la mano a la chusma (porque ésta también tiene derecho a vivir dignamente), etc. En fin, como si fuera un cáncer esta mentalidad o ética que defiende y propaga la impotencia -El odio hacia la ambición por el poder, esto es, hacia las ánsias de independencia y criterio propio, hacia el entusiasmo y la pasión por el desarrollo de la ciencia, de los placeres mundanos, de las experimentaciones, etc- se extiende por todas las sensibilidades de la civilización hasta atrofiarlas y dominarlas ¿Imagináis una sociedad en que la gente dejara de ambicionar el poder pasando olímpicamente de superarse a sí misma y a los demás, esto es, que no ambicionara poseer una mayor capacidad de trasnformar cosas, de experimentar nuevas sensaciones, nuevas vivencias, nuevas formas de vida, nuevos artilugios, nuevas concepciones del mundo, nuevas formas de controlar, dominar y sacar provecho de la vida? ¿Imagináis una sociedad en que la gente empezara a pasar de todo, a no trabajar, a no sacrificarse por nada, a no preocuparse por nada, a no entusiasmarse por nada, y sólo destinara su vida a buscar una salvación -Como ese hipótetico reino de Dios predicado por Jesús o como esa hipotética ecuación final que definiera perfectamente qué es la justícia, la dignidad y la libertad-? ¡Esto sería el colapso civil en todos los sentidos!

Parece ser que, digan lo que digan su promotores y defensores, esta mentalidad cristiana o de salvación pretende convertir la humanidad en un organismo incapaz de hacer frente a nada, en un pelele de las circunstancias, en algo absolutamente iluso, inútil y frustrado. Y precisamente esto acusa Nietzsche: el cristianismo (ya sea en la forma de la religión de Jesús, o del socialismo, o de la fislosofía de Shopenhauer, o del idealismo, etc) intenta convertir la humanidad en un inmenso aborto.


La qüestión que se nos plantea ahora es simple: ¿Está equivocado Nietzsche? ¿Qué argumentos se pueden dar en contra de esta acusación y esta tesis? ¿Y qué valor tendrán estos argumentos de crítica y refutación?

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