Que seamos unos completos pasotas, que despreciemos todo lo que nos enseñan y proponen, que miremos las cosas que nos rodean sin ilusión, sin quererlas, con desidia incluso desdén... ¡Sin darles importancia! Éste profundo y peligroso escepticismo puede demostrar, paradójicamente, que en nosotros se oculta y se cuece en silencio una voluntad tremenda, una ilusión colosal, una decisión imperturbable... un amor furibundo por algo que, al lado de todas las cosas que aprecia y estima la mayoría como importantes, dignas y necesarias, nos parecen basura y nada. Nos llaman desganados y pesimistas, pero se debe a que estamos profundamente enamorados por algo que la mayoria ni divisa ni adivina.
Todo gran amor exige menospreciar lo demás ¡Y cuanto más se ama más se menosprecia!
Todo gran amor exige menospreciar lo demás ¡Y cuanto más se ama más se menosprecia!
¡Qué nietzschiano eres!
ResponderEliminarPues, a decir verdad, en gran parte lo comentaba apropósito de Schopenhauer... y debo confesar que a mi me ha sucedido más de una vez.
ResponderEliminarSaludos.