Como en tantas otras cosas, Jesús mentía también cuando dijo: no juzgues a los demás si no quieres ser juzgado.
Poder juzgar a otros no implica tener que sufrir, luego, sus juicios ¡En la justícia la reciprocidad jamás se presenta como una condición necesaria!
Por eso Jesús decía quién este libre de pecado que tire la primera piedra, una falacia total; hay que dedicarnos a tirarnos piedras y que duelan. Suerte.
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