Me estoy tomando un descanso con el tema del azar; los motivos son varios. Y me apetece escribir aforismos, lanzar opiniones, degustar algunas ideas que, traviesas, andan jugando con mi alma estos días de invierno; un invierno de sol y frío.
1. La esencia de todo.
El conocimiento humano no se fundamenta en ninguna realidad, como han creído siempre los metafísicos, incluso cuando tomaban una postura moderada, es decir, positivista. Más bien se trata de una manifestación psicología nuestra ¡Cuánto hay de imaginación, expectativa, sensación, deseo e interpretación en todo conocimiento humano!
2.¿Qué es la psicología?
La ciencia de los afectos: del sentir, percibir, sentir, reflexionar, juzgar, imaginar, soñar, desear, etc...
3.¿Cuál es el denominador común de los afectos?
Esta la dejo en blanco
4. La vida
No tenemos ni idea de qué es la vida. Sólo sabemos la idea que nos hacemos de ella; el esquema o escenario que configuramos mentalmente nos dicta, siempre, qué es la vida para nosotros. Y bajo tal dictamen se regulan y gestionan la mayoría de nuestros afectos.
5.Visiones de la vida.
Ver la vida como un tránsito hacia un mundo mejor al que nos permitirán "vivir" si somos juzgados de forma benévola después de morir. Ésta ha sido la visión de la vida defendida durante siglos por filosofías y religiones de diversa índole. Una visión de la vida que ha afectado completamente la forma de vivir de quienes se veían dominados y tiranizados (enamorados) por ella.
Ver la vida como un absurdo y un sin sentido ¡Un sin Dios! Como un torpe nacer y morir, una fatalidad sin objetivo más que el presente... siempre fugaz y por ello, cruel. Esta ha sido la visión de los nihilistas que no creen en el más allá, la eternidad y la vida como perfección suma. Sobre ella condicionan todos sus afectos, todos los aspectos de su vida: intentan vivir al día, porqué sólo creen en el día a día ¡El pasado a su sentir ya es humo y muy negro es siempre el futuro! Con motivo sólo persiguen la felicidad del momento: ¿Para qué esperar y tener paciencia si igual mañana ya no estamos? ¿A quién le importan las consecuencias de nuestras decisiones anímicas y personales, políticas, económicas y generales si en 100 años ya no estaremos? ¿Para qué sufrir por nada? La angustia recorre electrizante su cuerpo al percibir que la vida, cual reloj de arena, se escurre tras el instante presente... Con qué risas nos lo cuenta Woody Allen en su "play it again Sam"
Ver la vida como un eterno alcanzarse a sí mismo, un eterno retornar por puro azar -perfecto y sin deficiencias pero a la vez sin voluntad ni razón de ser. ¿Cómo condiciona semejante visión a nuestros afectos? ¿Qué tipo de forma de vida promociona, tanto personal como social y en general?
No querer tomar partido de ninguna idea sobre la vida. Vivir sin plantearte nada al considerar que todo es fútil y vano, especialmente cuanto pensamos. Sí, vivir apegado a una vida animal, simple y olvidadiza, sin razonar ni aspirar a comprender qué se puede comprender. Sí, semejante visión también termina por dictaminar una cierta forma de vida.
5. ¿La verdad nos engaña?
¿Qué puedo conocer sin dudar de ello? ¿En qué ideas y opiniones me puedo agarrar de forma segura sin que me caiga al vacío y me parta en dos... o mil pedazos? ¿Qué hay de firme, estable, confiable en la capacidad de comprensión humana?
Tamaña duda ha trastornado desde hace siglos a los filósofos; esos grandes y apasionados amantes de la verdad: -¿Me estará engañando mi amor?- Se angustiaban los muy celosos.
¿Sentimos aún celos? Quien no siente celos no ama, no desea, no quiere. Sólo los bobos chillan -Los celos son muy malos-. Risas dan que estos indigentes mentales hablen del bien y mal.
Sí, somos celosos a nuestra manera; una manera nueva y rara; quizás más cruel por astuta, delicada y velada. Sí, somos celosos de nuestra verdad y por eso la dejamos que actúe libremente; queremos ver qué hace por ella misma y, entonces, valorar si se merece nuestros celos y que temamos perderla.
En efecto, son precisamente nuestros celos las que nos llevan a no hablar mucho de nuestra verdad; a ser comedidos y reservados. ¿Qué derecho tienen los demás sobre mi verdad?
6.¿Qué es la verdad?
-Confiar en algo para siempre- Así fue durante milenios el matrimonio soñado por todos los filósofos cuando buscaban a su bella y joven verdad.
Para nosotros la verdad tiene el don de acomodarse con una sonrisa en nuestra vida y actuar como nuestra confidente, con sus silencios y miradas, abrazándonos como nuestra amiga y compañera de viaje, y acaso madre de nuestras ideas y vivencias.
En efecto, ni le exigimos lo imposible ni la sometemos a ningún castigo eterno. Ciertamente, menudo castigo el tener que ser creído siempre...
7. Mis opiniones no importan
A las mentes mediocres, es decir la inmensa mayoría, les importan mucho sus propias opiniones ¡Cuánto les gusta discutir para demostrar tener una opinión a defender! Y sin embargo, como curiosidad, vale destacar como muy pocas veces tales opiniones son en efecto suyas, sino prestadas.
Hay gente tan rara y excepcional que ya no dan mucho valor a sus opiniones. Sobre cualquier tema pueden pensar muchas cosas distintas a la vez, incluso contradictorias. Que de todo este batiburrillo de opiniones que se hacen de la cosa terminen por dar más peso a unas en detrimento de otras a veces se debe al entorno, otras al hábito, o a la necesidad ¡O a ciertas emociones que les embriagan en un momento dado! Como Protágoras, estamos ante gente capaz de defender y atacar con fuerzas iguales cualquier tema que se les exponga.
Pero a veces sale algún genio, una fuerza rara de la naturaleza, que se ve capaz de sobreponerse a este relativismo inteligente y culto. Que hayamos tenido la suerte de que algunos de ellos hayan escrito y sus escritos hayan llegado es un tesoro incalculable. Pero eh aquí el dilema: ¿Quién se ve capaz de obtener la llave para abrir tal tesoro y no quedarse embobado mirando el cofre? Semejantes genios siempre hablan quedo.
8. El espíritu crítico
¿Existe este fantasma tan amado por la ilustración llamado "espíritu crítico"? La ilustración se basa en puras supercherías psicológicas, metafísicas y políticas, de modo que...
9. A los que buscan ser perfectos
No, no busques la perfección. No busques no fallar jamás ni que tu obra esté en absoluto terminada. Deja siempre enigmas sueltos, verdades medio veladas, déjate ganar de tanto en tanto. Sí, deja espacio para que los demás también se recreen con cuanto les regalas.
La gente que siempre quiere tener razón cansa. La gente que te deja pensar e imaginar tus cosas, atrae.
10. Mi número
¿Por qué el diez es mi número? Porqué nunca me ha traído buena suerte, mas bien todo lo contrario, y sin embargo me atrae y no puedo evitarlo hasta el punto de tomarlo como "mi número".
Una máquina jamás será capaz de "comprender" cuanto acabo de escribir. ¿Eres tú una máquina?
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