Paradojas del perjudicar
El hecho de perjudicar realmente a una persona no tiene nada que ver con que esa persona entienda y perciba que está siendo perjudicada, ni tampoco, con que uno quiera perjudicar o no a esa persona.
Para poder juzgar de forma mínimamente clara y objetiva si alguien está siendo perjudicado cabe imponer muchos convenios de por medio para definir qué es exactamente “perjudicar a alguien”. Y sin embargo, no hay forma de determinar hasta qué medida esos convenios mismos perjudican a alguien, pues son los propios convenios los que lo determinan, pero no pueden aplicarse a sí mismos sin volverse absurdos.