Editado última vez 06/11/2022
Primer paso hacia la sabiduría
Las palabras y los conceptos nacieron de errores, crecieron y se popularizaron mediante el engaño, la mentira y el seductor fraude. A día de hoy, después de miles de años moldeando la conciencia humana, resultan ya irrenunciables y fuente de sabiduría para la inmensa mayoría.
Sin embargo, la humanidad es algo más que 'la inmensa mayoría', que sólo le place flotar sobre esta película de palabras, discursos, relatos y dogmas. ¡Miradlos cómo se agarran a sus definiciones y explicaciones de las cosas con ojos de pánico por si se caen al agua y se ahogan!
Quizás el primer paso hacia la sabiduría consista en atreverse a desconfiar y a reírse de las palabras, los conceptos y clasificaciones, incluso de las ideas, para, en silencio, reconocer todo un vasto y oculto océano de verdades inefables y fantasmagóricas aún por tomar cuerpo.
Y al comprenderlo, nos vemos seducidos por ese abismo, taciturno e indescriptible, que el mar de palabras esconde tras una superficie multicolor que lo envuelve al ritmo del viento que lo peina con manos invisibles.
No podemos evitar acercarnos y admirar este espejo de sinuosas olas; nos deja atontados. ¡Hasta caernos al agua! Hasta perdernos en la más remota y tenebrosa soledad, como un granito de arena ahogado por la profundidad de esa inmensa humanidad de palabras, chismorreos, relatos.
Y entonces, al ser azotados por tan colosales y oscuras presiones marianas, es cuando o reventamos aplastados o nos forjamos inéditas definiciones, tan ligeras y superficiales que nos suben a flote emburbujados por una alegre y jovencilla verdad que estalla al aire en mil gotas preciosas tan pronto el sol logra bañar de nuevo nuestra mirada.
De lo profundo
Nada hay de más profundo que lo más superficial, dado que nunca se le alcanza un fondo.
Lo más superficial
Lo infinito.
Angustia del alma
Hace ya miles de años atrás empezamos a desarrollar un instinto muy raro e inquietante nunca antes visto en el reino animal: el tomar conciencia de las cosas y nosotros mismos.
Sin embargo, parece como si este nuevo instinto surgiera como una patología o enfermedad ¡Cuánto nos ha hecho sufrir! Por primera vez nos transformó en seres conscientes de no dominar ni comprender mucho cuanto vivimos y nos sucede.
La consciencia sólo nos dio la luz suficiente para darnos cuenta que, viviendo, nos sobrevienen hechos que satisfacen nuestros deseos, con lo cual los juzgamos buenos y deseables, y hechos que nos hacen sufrir, incluso hasta descuajarnos el corazón ¡Y con ellos maldecimos nuestra vida entera!
Pero tal luz no era nada capaz de orientarnos hasta colocarnos a nosotros mismos como directores de nuestro propio destino, sino que nos mostró la existencia como una cruel e inesquivable fatalidad. Y tal visión dio pie a interiorizar una cierta "indefensión aprendida" ante los azares de la vida, avivando, dentro nuestro, una afilada angustia existencial y cognitiva.
¿Cómo paliar semejante angustia? Y, es más: ¿acaso hemos sido capaces, alguna vez, no sólo de paliar y maquillar sus efectos, sino superar, ya definitivamente, tamaña enfermedad milenaria llamada "consciencia", que ha hecho del ser humano un animal sumamente excepcional -el animal que ríe(bendice) y llora(maldice)?
El conocimiento como medicina para el alma
Creer que ya conocemos perfectamente algo; eh ahí el mejor antídoto contra la duda, la reflexión y la crítica, las cuales actúan, en la mayor parte de la gente, como una insoportable intranquilidad de consciencia avivando nuestra angustia interior.
Del porqué la educación, la información y la cultura son tan importantes para la sociedad
Una de las formas más astutas e inteligentes de fomentar la tranquilidad de consciencia entre la población general es hacerle creer mediante la educación, la cultura y la información de masas que, de algún modo, ya saben de qué va el mundo, qué decisiones son buenas o malas y, en definitiva, cómo son en realidad las cosas.
Ignorancia supina
El mar reposa tranquilo, no hay ola alguna y parece que hoy no ocurre nada. Así respira relajada y tranquila la superficial consciencia de la gente: ignorando feliz todo un mundo marino de depredadores monstruosos que habitan en las más abismales profundidades.
La mordedura de la duda
La duda actúa como un tóxico destructivo muy potente: nos paraliza como si fuera puro veneno de serpiente. Cuando dudamos raramente sabemos qué hacer, nos quedamos atontados como piedras muertas, mientras la sangre se nos coagula lentamente.
La duda aniquila toda aspiración ética al arruinar cualquier toma de decisiones. No en vano antes de dudar la mayoría de la gente prefiere abrazar cualquier mentira, llamarla verdad y vivir obedeciéndola a ciegas. De golpe viven tranquilos pensando que ya saben qué tienen que hacer.
Inmunidad intelectual
Son muy pocos quienes logran ser inmunes al destructivo veneno de la duda. Para ello, antes, se han atrevido a dudar sin reservas hasta dejar que tan corrosivo veneno corra desbocado por sus venas volviendo tan loca a su febril inteligencia que ésta termina por arrastrar su alma hasta el frío lodo.
Entonces, estos exploradores emocionales o mueren engullidos por el más puro nihilismo entre horribles convulsiones y jaleos o bien, se transforman y renacen inmunes a ese tóxico paralizante ya para siempre al comprender que el "dudar de todo, absolutamente todo" necesariamente implicaría dudar, también, de poder hacer eso mismo.
¿La sabiduría se vuelve molesta?
Nuestra sabiduría toma cuerpo y se vuelve profunda en la medida que, al conocer e investigar, advierte como precisamente haciendo eso mismo es cuando hacemos aflorar nuevas e insospechadas dudas y, entonces, comprendemos que todo conocimiento humano bebe, siempre y en silencio, de un inmenso océano de incertidumbres e incógnitas.
Pilares de la ciencia
Toda ciencia humana se sustenta, como si flotase, sobre puras hipótesis indemostrables y que llamamos principios científicos cuando, después de mucho tiempo usándolos con gran éxito para elaborar nuestras más efectivas teorías de las cosas, nos olvidamos con suma inocencia de que, aunque los constatemos una y otra vez, aún están por demostrar.
Así ocurre con los principios de la termodinámica por ejemplo.
Caprichosa ignorancia
No todos los conocimientos nos interesan, nos gustan y nos saben bien.
Comer a nuestro modo
No hay conocimiento alguno que no podamos tomárnoslo a nuestra manera y, así, sacar nuestros juicios, valoraciones e interpretaciones.
Los más grandes peligros
El miedo y el temor siempre magnifican los peligros, adversidades y males.
Esperanza
El miedo y el temor se llevan mal con la esperanza cuando se disputan nuestra alma. Pero mientras se desea hay siempre un soplo de esperanza.
¿Fuera de peligro?
El deseo y el amor o desaparecen y mueren de miedo o terminan por ocultarnos peligros y males.
Apagar el fuego
Si bien el miedo puede apagar el fuego del deseo, la desilusión y la decepción lo aniquilan de golpe.
De la ilusión
Es puro oxigeno para alma
Más allá de la objetividad
De ordinario juzgamos las cosas por su piel, mirándolas desde fuera y al vuelo. Con razón las tratamos como si todas ellas sólo fueran piel: ¡Lo que vemos! Pero si por algún motivo terminamos penetrando esa superficie envolvente y fina y nos vamos empapando de la cosas mismas, entonces descubrimos estupefactos algo insólito: como las mismas cosas de algún modo pasan a formar parte de nosotros, y viceversa. Vemos como nuestra propia piel cambia.
De morder las cosas
Al mirar las cosas desde fuera y juzgar tácitamente, luego, que éstas no nos gustan, incluso que nos parecen horribles, insoportables o al menos contrarias a nosotros mismos y, por consiguiente, decidir enérgicos no querer saber nada de ellas por los agresivos colores, sonidos y aromas que sus superficies desprenden, es la forma habitual que emplean los superfluos para perderse grandes descubrimientos de las cosas. Y sobre todo, para menoscabar su propio crecimiento ¿A qué esperan para alimentar y dar cuerpo a su personalidad?
Medir la fuerza
Podemos medir la fuerza y profundidad de una inteligencia por la cantidad de contradicciones, contrastes e incertidumbres que es capaz de tolerar, sintetizar y metabolizar sin atragantarse y enfermar.
Toda inteligencia fuerte se crece ante ideas adversas: las somete, conquista y las reorganiza a su arbitrio.
Socorro intelectual
Exigir verdades absolutas, indudables y definitivas a las que agarrarse, ¿acaso muchas veces eso no indica estar a un paso de ahogarse?
Inventos oníricos
Cuando sentimos la imperiosa necesidad de algo y no lo encontramos, entonces nos lo inventamos aunque sea en sueños y sin darnos cuenta. Y con tal engaño apaciguamos la punzante angustia.
Mentalidad perdedora
Quien tiene miedo a perder suele perder con facilidad.
Mentalidad victoriosa
La victoria es una idea; mientras la idea no te abandone el juego no termina.
Mentalidad rusa
De derrota en derrota hasta la victoria final
¿Aún con esas?
Que nos cuenten lo que ya tenemos más que superado y asumido nos aburre. Pero, ¿acaso no son el aburrimiento y el ocio la madre de la ciencia? Así nos lo mostró esa belleza antigua llamada Eva.
Cuando algo nos aburre estamos solo a un paso de morderlo con descaro haciendo saltar por los aires sabores inéditos e inaprensibles a simple vista. Lo que ocurre es que muchas veces nos da pereza dar tal paso, o bien, no tenemos tiempo para darlo... o nos falta una Eva a nuestro lado.
Perfección de artista
Un artista decide dar por terminada una obra sólo cuando él la ve terminada. Pero basta que pase un tiempo, y acaso termine otras obras, para que cuando vuelva a repasar esa primera despierte en su interior la fuerte impresión de que no está acabada y cambiaría muchas cosas.
Juicio de un artista
A gusto de una alma creativa e innovadora sus obras suelen envejecer mal, si es que aún se acuerda de ellas.
El mundo oculto de los artistas
Nadie es capaz de saborear la obra de un artista como la ha saboreado él mismo.
Aquellos que no nos adulan
Buscar ideas nuevas y gente que nos cuente cosas interesantes, sorprendentes e insospechadas que nos permitan crecer las más de las veces consiste en buscar quien, de alguna forma, nos lleve la contraria y, de algún modo también, nos hiera.
Regalos
Solemos agradecer de corazón sólo los regalos que nos gustan, nos hacen reír y soñar; en eso somos claramente injustos, miopes y parciales. Quienes nos hacen mal y nos rompen por dentro muchas veces son quienes nos han hecho los mejores regalos, pero el dolor, el orgullo, la rabia nos ciegan: no nos dejar apreciarlos y agradecerlos.
Tesoros ocultos
Todo lo malo y terrible parece esconder, siempre, algo de encantador, bello y valioso en su seno oculto, de tal modo que liquidando lo primero se desvanece lo segundo.
Es lógica por contradicción
"Nada existe por sí mismo." Tal verdad intuitiva sobre la vida jamás ha sido admitida por los metafísicos, porque ello implica violar la lógica y el pensamiento formal; hecho que conlleva tirar al traste toda aspiración a un conocimiento absoluto, definitivo y preclaro de la vida y las cosas.
Sin embargo, basta con vivir un poco para constatar que la vida no es lógica. Al menos no es sólo lógica, en la medida que muestra mucho de irracional, contradictoria, absurda y por ende, salvaje ¿Acaso no vive constantemente de contrastes la muy juguetona?
De hecho, se debe precisamente a este carácter contradictorio e irracional suyo que a la loca de la vida le place mostrarse, también de tanto en tanto, como lógica, precisa y bien determinada ¡Cuántas veces se muestra como si fuera fácil comprenderla! Sí, a la muy vanidosa le encanta jugar y aparentar ser lo que no es.
Admiradla: Siendo como no es se muestra tal y como es.
Volver lógico
La forma más habitual y trillada de dar una visión lógica, coherente y comprensible de las cosas consiste en obviar sin más sus contradicciones para así no detectarlas; como quien esconde la suciedad bajo la alfombra.
¿Ser lógico indica falta de inteligencia?
La gente poco inteligente con gran candidez suele tomar por lógico y coherente relatos e ideas que una inteligencia afilada enseguida detecta sus paradojas y limitaciones, sus contradicciones y sinsentidos.
La contradicción según los borregos
Denuncian ciertos pensamientos de imposibles y sin sentido simplemente porque no los entienden y hacen explotar su pobrecita inteligencia en mil pedazos, mientras se muestran incapaces de detectar la profunda contradicción y absurdidad que cimienta esos pensamientos cotidianos suyos sacados a gritos del mercadillo.
Sobrevalorar la cultura
La gente de poca profundidad y temple intelectual suele sobrevalorar la cultura, del mismo modo que los nuevos ricos suelen sobrevalorar el dinero y emborracharse con él, mientras menosprecian a los no ricos.
El río del tiempo
El tiempo es un embrujador río de mil espejos chispeantes que esconde pasado y futuro, y cuando lo miramos ahí sólo vemos reflejada nuestra propia mirada.
Peligros ocultos
La naturaleza parece tender a esconder terribles peligros tras una máscara de colores chillones, bonitos y seductores. Las especies cazadoras suelen emplear la seducción como forma de depredación.
De cómo cazan las plantas
Las plantas cazan su porvenir mediante las flores y sus frutos. Tras una apariencia dulce, embriagadora y encantadora atraen animales de toda índole para que los devoren y estos, luego, son usados como medio de transporte para diseminar ese deseado y ciego porvenir.
El árbol y su sino
Sin sus frutos los árboles no tendrían razón de existir.
El artista
Nunca deja de ser un cazador de almas.
Escribir y leer
Escribiendo vestimos nuestras ideas, apreciaciones y deseos con palabras y expresiones convenidas y de moda para, así, pasearlas en público. Y sí, nos cuesta advertir como la mayoría sólo se quedan mirando los vestidos.
Ser comprendidos... ¿acaso no será un desear que nos desnuden?
Deseos de mujer
Las mujeres siempre quieren que las escuchemos y comprendamos ¿Será una trampa?
De la crueldad de la vida
La vida se perpetua lanzando las cosas unas contra las otras a fin de que unas depreden a las otras. ¿Será la reproducción una forma refinadísima de depredación? Así lo entendían Hesíodo y Homero, entre otros tantos.
Lo que la vida no tolera
La vida para nada tolera lo metafísico, y cualquier aspiración metafísica; es decir, se aburre de la vanidad de todo aquello que pretenda llegar a ser una "cosa en sí misma" eterna y aislada del resto, libre y autónoma, perfectamente digna y como tal, que alcance un comportamiento propio, inercial y divino ¡La vida menosprecia y ridiculiza aquello que se vanagloria de sí mismo!
¡Qué rápido se aburre la vida de todo!
Odio hacia la vida
Toda aspiración hacia lo metafísico e inmaculado refleja y demuestra, siempre, odio y repulsa hacia ese carácter superficial y veleidoso que en todo instante nos muestra la vida con su eterno juego de creación, destrucción y perpetuación.
Vivir es peligroso
No es raro que el cazador termine siendo cazado, o al menos, sucumba en el intento.
Cambiando descansa
La vida nunca se cansa de cansarse de todo.
Sin memoria
Para quien pierde la memoria todo sabe siempre nuevo
Así falla la memoria
La memoria de ordinario falla y engaña a nuestra inteligencia más racional haciéndonos creer que existen cosas que se mantienen iguales e inmutables con el tiempo. Sin embargo, para quienes la memoria se vuelve afilada y profunda la evidencia salta a la vista: nada nunca es igual a sí mismo.
La importancia de la mediocridad
La mayoría de la población requiere de ser educada en la mediocridad, sea el ámbito que sea, a fin de alcanzar una excelencia en su propia mediocridad.
Pretender enseñar a la mayoría a ser genios y fueras de serie, ¿acaso no será una forma de pervertir, corromper y engañar a la mayoría?
"Conocerse a uno mismo" decían los antiguos. La mayoría, entonces, deberíamos de reconocer cuán mediocres somos, y perfeccionarnos en eso con absoluta genialidad.
El fruto de la mediocridad
La mediocridad, la vulgaridad, las inteligencias a medio cocer y formar, toda esa morralla de experimentos humanos en gran medida fallidos por mil razones distintas, esconde algo valioso y singular: ser el paso previo para que emerja lo excepcional, lo perfecto y excelente ¡Lo selecto!
Toda mediocridad tiene por fruto lo selecto y con ello su porvenir se justifica.
Protestar como señal de esclavitud
La protesta y el quejarse demuestran, ante todo, un cierto grado de sumisión. Quienes se sienten libres no se quejan, ¿contra qué o quién se van a quejar?
La queja simplemente suelta un deseo de replantear los tratos de sumisión; y a lo sumo, cuando van de rebeldes, un exigir otro tipo de amos a quienes servir.
Enseñar a quejarse y protestar es una forma encubierta y sutil de enseñar a ser servil y sumiso.
Donde huele a mentalidad esclava, ahí siempre planea la pesada nube de la queja.
Ser amo, mandar y libertad.
Los amos suelen quejarse de sus subordinados y sirvientes. Tener gente a tu cargo siempre es un lastre y una cadena. Una cadena que, sin embargo, nos ata más fuerte a la vida.
¿Quién quiere ser libre?
La gran mayoría de la gente no aspira a ser libre. En verdad desean tener buenos amos, tener buenos puestos de trabajo. En fin, sueñan con atarse a un buen puerto, mientras viven hipnotizados por ese viejo dicho: "a quien buen árbol se arrima, buena sombra le cobija."
Esclavos de la verdad
En la antigüedad los filósofos, quienes se vanagloriaban de ser los hombres verdaderamente libres, se ataban y sometían a la verdad ¡Y cómo se quejaban de sus maltratos!
Esclavos del destino
Los héroes antiguos se ataban a su destino.
La verdadera libertad
Vivir de forma salvaje y caprichosa, inocente e irracional. La libertad es pura violencia.
Valor moral de la libertad
La ética metafísica siempre ha sobrevalorado la libertad considerándola la finalidad de nuestra vida y un bien en sí mismo. Sin embargo, la ética metafísica no es de este mundo.
Desde un punto de vista mundano, efectivo y real nada indica que la libertad sea claramente un bien para la vida de millones de personas y seres vivos. De hecho se aprecia como vivir consiste más bien en atarse a cosas, crear cadenas, generar contrastes y desigualdades, alimentarse y retroalimentarse unos a través de otros, estructurar y pautar comportamientos...
Vivir es, en gran medida pues, un reducir cuanto hay de libertad, salvajismo e irracionalidad; reducir la entropía dicen los bioquímicos.
Violencia y seguridad
Queremos seguridad y vivir en un mundo más previsible, ordenado y sociable. Queremos vivir bajo la ley, pues la ley es un eliminar cierto exceso de libertad; o por decirlo en latín, eliminar la violencia. ¿Y como se reduce? Paradójicamente ejerciendo la violencia sobre los sin ley, los salvajes y bárbaros... los forajidos. A estos, o se los tritura y domestica (se los integra dentro de la ley) o se los expulsa hacia la soledad sideral.
Toda reducción de entropía -libertad- implica, en el fondo, una augmento de ésta en el cómputo global. Es decir, la paz y el orden se estructuran, siempre, mediante la violencia.
La paz
La paz de los metafísicos, idealistas y profesores de escuela no es de este mundo.
La paz, desde una óptica mundana, efectiva y real sólo representa un estar dentro de la ley y por tanto, admitir, sólo, un tipo de violencia muy concreta: aquella que impone el cumplimiento de la ley.
Tipos de leyes
Las leyes sólo son un reflejo del tipo de fuerzas que controlan, dotando de cierto orden y estructura, a una sociedad. Atacar las leyes es atacar, pues, esas fuerzas; acaso para imponer otras y con ello cambiar el orden.
Las élites
Llamamos élites a las fuerzas intermediadoras que ordenan y estructuran una sociedad según sean sus recursos, capacidades e ideas. Son catalizadores de procesos sociales.
Élites y arte
Las élites son artistas sociales en la medida que conforman la sociedad a su gusto y deseos.
Muerte a las élites
Las revoluciones, o golpes de estado (guerras civiles), pretenden eliminar las élites imperantes, es decir, las estructuras sociales y el status quo como si cortáramos las patas de una mesa. Así nos lo cuenta Salustio al recordar a Catilina, por ejemplo. Obviamente, con tan gran violencia la sociedad se desmorona y cae a plomo; por consiguiente requiere imperiosamente de una nueva élite, es decir, una nueva estructura de fuerzas para que garantice cierta paz y orden.
Toda violencia revolucionaria termina en dictadura como una piedra suelta al aire termina en el suelo. Nada que no observara ya Platón.
Política del amor
Platón soñó que el arte supremo de la política consiste en ordenar una sociedad sin necesidad de leyes y su brutal violencia, solo mediante la concordia, la fraternidad y el honesto entendimiento de sus conciudadanos. Sí, Platón soñaba...
Concordia
Donde reina la concordia y la amistad las palabras sobran. Es cierto. Pero este reino es siempre tan breve y delicado, pues sabe demasiado dulce y bonito, que en seguida alguien le mete mano y lo muerde.
Perdón I
Se perdona todo mientras se ama, dice un antiguo sabio.
Perdón II
No se perdona nada mientras se odia, dice otro sabio.
Amor-Odio
El amor penetra y se arraiga con fuerza en nuestros corazones mediante las tenebrosas raíces del temor y la duda, el odio y la envidia ¿¡Sentís como sus nudos aprietan y estrujan nuestros latidos!? Andan chupando nuestra sangre para que el amor se crezca, el muy chiquillo, mientras sueña en convertirse en algo dulce y encantador que nos alegre el alma y justifique, incluso, nuestra vida.
Por eso mismo protegemos y adoramos el amor: no por lo que es, sino por lo que aspira a ser.
Tener criterio propio
No me entienden. ¿Cómo podrían hacerlo?
Cuando me escuchan me miran raro, se piensan que estoy loco -¿A qué viene eso?- se inquietan, mientras intentan seguir como si no hubiera ocurrido nada.
Otras veces, simplemente se figuran que soy "el enemigo", y con esta idea entre manos se convencen a sí mismos de dar razón a su incomprensión. Sin embargo, suelen ser un atajo de pusilánimes: se muerden la lengua murmurando y mirándose entre ellos a ver quien se atreve a lanzar la primera piedra.
Desarrollar un gusto propio y peculiar; desarrollar un criterio propio sobre el cual valorar, discernir e interpretar las cosas implica, siempre, ser un incomprendido, aislarse de los demás, incluso no pocas veces implica convertirse en "el enemigo".
El idiota
-Es lo que yo pienso y punto- de forma simplona así podríamos representar al idiota.
El idiota tiene criterio propio, sí, un gusto muy peculiar sobre el cual discierne e interpreta las cosas. Sin embargo, el idiota es además un ensimismado, un pagado de sí mismo, un pobre Narciso de las opiniones y gustos ¡Sólo se aprecia a sí mismo!
Cuando veas a un idiota, llévalo al río.
Del arte de conversar
Conversar me transforma, como me transforma bañarme en un río frío en invierno ¡Me hace entrar en calor!
Contra la frialdad de la gente lo mejor es un buen chapuzón de ideas y confidencias.
De como eres fácilmente dominable
Basta con sacar un trapo rojo para torear la bravura de un toro.
Cuanto más previsibles somos más fácilmente dominables nos volvemos.
Una de las tareas fundamentales de la ingeniería social consiste, precisamente, en ir educando a la población a que actúe bajo el embrujo de ciertos patrones de comportamiento ¡Para ello se promociona la cultura con sus actores y bufones emperifollados con mil nombres diferentes!
En efecto, el control social consiste en enseñar a la gente a que reaccione, ante diferentes situaciones, mediante ciertas conductas y emociones preestablecidas ¡O que aprenda a responder preguntas de cierta forma concreta! Así de simple se empieza a domesticarlos.
Sí, ser libre es, a fin de cuentas, ser imprevisible y salvaje.
Y en efecto, el máximo grado de libertad se logra cuando uno aprende a ser completamente salvaje y natural, como la vida misma ¿Cuándo ocurre eso?... Cuando uno consigue aparentar ser previsible.
De la selección natural
Hoy llamamos inclusividad a la vieja noción de igualdad, heredada por esa máxima teológica cristiana: todos somos iguales al ser hijos de Dios.
Sin embargo la vida pocas veces se alimenta de la inclusividad, más bien de la selección y la competición ¡La vida vive de generar contrastes, abismos y contradicciones!
Donde se prohíbe la selección, se prohíbe el perfeccionamiento y por tanto las ansias de crecer, mejorar y superar limitaciones, mientras se fuerza a que se languidezca de forma lenta y pausada. Sin embargo, y paradójicamente, esto ya es una forma de selección ¡No hay manera de escapar a la selección!
La inclusividad terminará seleccionando a unos pocos de entre la gran mayoría que sucumbirán en un hastío existencial lento y embobado.
Somos perritos
Queremos que nos den recompensas y premios, y con motivo sacamos la lengua y movemos la cola. El reconocimiento y al recompensa nos permite tolerar un adiestramiento, incluso vanagloriarnos de él.
Apartarse de los buenos
Hay que apartarse y desconfiar de los buenos, de los que sueñan en ser los buenos ¡En ser los héroes de la "vida", es decir, de esa película que se han montado en sus cabecitas!
En su delirio y fantasía los buenos buscan siempre a los malos para así autoafirmarse e hinchar como un globo, vacío y débil, su depredador orgullo moral. Sí, aunque no se den ni cuentan, en el fondo su cerebro rapaz sabe muy bien que sin los malos ellos no son nadie y su película carece de trama ¡Por eso buscan por todos los rincones a sus malos! Son su botín.
¡Qué fácil es que al mirarte, esos miopes, sus ojos de fuego te conviertan en el malo de la película! Da risa ver como entonces se excitan, enrojecen y jalean ¡Ya tienen una causa justa para dar rienda suelta a sus violencias!
-Queremos salvar el mundo. Queremos hacer un mundo mejor ¡Y tú eres el culpable que impide tan gran destino!- Te gritan a lo lejos para autoengañarse aún más y volverse aún más ciegos si cabe.
Los buenos, ¿acaso tienen algo de bueno? No pocas veces estamos ante gente emocionalmente débil y enfermiza que no soporta nada que la pueda contradecir y oponer, y por tanto herir, pero que ha crecido mimada por la cultura cristiana de salvadores, predicadores y misioneros, de caballeros andantes, justicieros y héroes morales ¡Pobres mentecatos!
Sí, apártate de los buenos, porque detrás de sus palabras de justicia, salvación y un mundo mejor se esconden unos terribles ojos de fuego que sólo buscan culpables, opresores y castigos.
Apártate de la moral de los buenos y su carnaval de proclamas justicieras; no es que sean unos hipócritas morales es que ejercen la moral como su arma personal de cacería y depredación -Conquistas sociales dicen.
Vivir entre indigentes emocionales
Los que van de buenos se ofenden por tantas cosas... Se ríe poco y mal cuando se vive entre los buenos.
Cinismo
Ser capaz de reírse de las propias miserias vividas libera y purifica el alma.
Asquerosa salud
Sacarse el pus que nos carcome da repelús a los más sensibles, pero es el primer paso que se requiere para curarnos de cuanto nos carcome por dentro.
Los peligros de luchar contra las injusticias
Luchar contra cuanto te parece una injusticia y un peligro es un luchar por defender tu criterio, tu gusto y tu juicio por las cosas. La cuestión es que luchar por el juicio propio fácilmente vuelve a la gente fanática e idiota: los lleva a comprometerse por sus ideas de forma incondicional. Y tan obtusa implicación les impide, no pocas veces, poder demostrar ser lo suficientemente honestos como para perfeccionar ese criterio suyo.
Aprender a luchar por un criterio propio sin fanatismos, sin odios, incluso respetando profundamente al enemigo al comprender y asumir que igual tenga gran parte de razón y aún así se disputa sin miedo ni reserva. Tan elevada altura de miras suele estar al alcance de muy pocos.
Incluso a Platón le costó hacer eso.
El mártir
Morir por tus ideas; quizás sea útil para propagarlas, dado que el sacrificio seduce, pero no por ello serán más ciertas.
Tener razón
Si la razón ya se impone por sí misma, ¿por qué la debería de imponer yo?
Lucha de ideas
Que sean las propias ideas las que luchen entre ellas y se espabilen; no voy a salir a defender a ninguna de esas mocosas.
Ser propietario
Cuando logras robar algo pasa a ser tuyo y con ello haces lo que te parece. Así también ocurre con las ideas.
Robar, crear, comprar, apropiarse
La diferencia entre robar, crear, apropiarse o comprar consiste en cierto convenio social: si te dan o no permiso.
La mejor forma de robar
Hacer creer a las gentes que tienes todo el derecho a tomar todo lo que tomas es la forma civilizada de robar. Mil formas diferentes y variadas hay de ganarte el permiso de la gente; y los estados han llegado a ser maestros en semejante arte.
No aspirar a ser bueno
Miradlos, a lo máximo que aspiran es a "ser buenas personas", cuando más bien parecen incapaces de lograr que su personalidad tome cuerpo ¡Qué previsibles son!
Aspirar a ser una buena persona ¡Bah! Mucho mejor es aspirar a volverse cada vez más profundo. ¿Más profundo? Sí, aspirar triunfar en el noble arte de las apariencias: llegar a ser tan superficial que ni tu mismo seas ya capaz de alcanzar tu propio fondo y, aún así, te sientes tan fuerte y relajado que surfees por encima de tan gran vacío propio.
Medir personalidades
Cuanto más necesita alguien ser tomado por buena persona, menos personalidad y criterio propio demuestra.
Mal olor
Desconfía de quienes quieren convencerte de que son muy buenas personas.
Brevísima historia del cristianismo
El cristianismo, que significa salvación, liberación incluso se puede traducir directamente como revolución, fue la gran creación espiritual judía de lucha contra "el opresor". Fue el gran invento moral de los "buenos"; esos grandes cazadores morales.
Los judíos, con San Pablo en cabeza, que se autobatizaron como los buenos, justos e hijos de la verdad (Yahveh), empezaron a luchar y revolucionarse contra aquello que les oprimía y contradecía y les hacía sufrir: el mundo corporal y físico ¡Todo lo mundano! Que tildaron de ser "polvo y nada".
Bajo el delirio de tamaña psicopatía esos "buenos" tacharon la vida terrenal de infernal, mala, macabra y opresora, mientras denunciaron que las alegrías sensuales no eran más que engaños y pecados diabólicos ¡Entonces lucharon a sangre y fuego contra todo lo corporal y material en nombre del día del juicio final, de la gran revolución, del fin de la opresión mundana!
Observadlos: mientras ponían los ojos en blanco y hacían arder el mundo clásico soñaban con la llegada de la liberación final en manos de Cristo redentor y su reino eterno. Bajo tan grotesca teatralidad moral sus violencias, destrozos y campos de extermino repletos de paganos quedaban justificados, con lo cual se blanquearon u olvidaron. Sí, los más maquiavélicos suelen ser, siempre, quienes censuran las observaciones de Maquiavelo.
Pero este primer cristianismo, muy primitivo y bárbaro en su lenguaje, rituales y dogmas, fue transformándose poco a poco a partir del s.XV con el redescubrimiento de Platón y los antiguos.
El cristianismo se fue espiritualizando y volviendo más inteligente, refinado y astuto hasta engendrar la ciencia empírico-racional. No en vano todos los creadores de semejante ciencia, desde Galileo, Descartes o Newton, fueron profundamente cristianos.
En efecto, poco a poco se empieza a valorar y juzgar la inteligencia humana - nuestra capacidad de comprender y razonar-, como un arma de cacería harto más eficaz para luchar y someter al vil mundo terrenal y físico ¡Se descubre cómo la razón somete, tiraniza y conquista sin piedad un montón de contradicciones, confusiones y dolores! Incluso Descartes se atrevió a soñar en la inmortalidad corporal gracias al divino poder de la razón: logrando comprender como funciona esa compleja máquina biológica llamada "cuerpo humano", es posible arreglarla hasta mantenerla siempre lozana y feliz como si fuera la nave de Teseo.
Visto así, pues, se entiende como la revolución cristiana adquiere otro tono durante la edad moderna: ya no consiste en huir del mundo corporal, como acaso predicaba San Agustín al buscar en nuestro más profundo interior ese reino de Dios de la liberación y salvación, sino en luchar mediante la inteligencia contra el engañoso, contradictorio y malvado mundo físico hasta volverlo un ser dócil, beato y completamente previsible, incapaz ya de morder ni ladrar siquiera ¡Consiste en convertir el mundo físico en el propio reino de Dios!
De este cambio de paradigma, que la gente con cultura y educación llama y alaba mediante el término "la ilustración", surgió el cristianismo 2.0 que dio alas a todas las revoluciones modernas: la fe y la esperanza de que mediante la razón y la inteligencia era posible luchar contra las opresiones, injusticias, contradicciones y desigualdades, en fin contra el mal del mundo, hasta convertirlo en un ente liberado, justo y bueno. Marx pone nombre a este ente, a este reino de Dios materializado, y lo llama: el estadio comunista. También se conoce como "el fin de la historia". ¿Cómo dudar, visto así, de que no estemos ante un estadio metafísico típico?
Hoy, para quienes tengan la perspicacia suficiente para visualizar la evolución espiritual occidental de los últimos 2.000 años y entienda como la sed de cristianismo ha ido evolucionando y cambiando, también empezará a observar con claridad como entramos en una nueva fase revolucionaria.
Sí, entramos en un nuevo estadio psicopático, violento y destructor que, sin embargo, intentará ser blanqueado bajo el despotismo moral, el monopolio de la destrucción y el capricho judicial. Como así ha sido tantas veces ya.
Vamos hacia las revoluciones "woke", es decir, el progresismo posmoderno. ¿Será una revolución global? Eso parecen pretender, aunque de momento sólo actúa en los países donde el cristianismo primitivo, y luego la ilustración, dominaron de algún modo.
Quien quiera una vida alegre y sin odios que se aparte de sus ojos de fuego y esas verdades de pacotilla suyas ¡Y se ría de tan gran pantomima!
Digno de estudio
Todo este movimiento milenario de revolución, de lucha contra el mal y las opresiones, en una sola palabra, de cristianismo, es digno de estudio psicológico.
Hábitos intelectuales
Creer una idea u otra, para la mayoría de la gente, es una cuestión puramente de hábitos, tradiciones o simple aprendizaje inculcado. Analizar, repensar y poner en duda las cosas cansa, agota e incluso asusta, y las inteligencias débiles no andan sobradas de fuerzas.
Mensaje y mensajero
No hay muchos mensajes en el mundo, pero sí que está lleno de mensajeros que los reparten a su modo. En efecto, las más de las veces no son los mensajes propiamente los que nos atraen o nos molestan, sino que nos alejamos o nos acercamos a un mensaje por el mensajero.
Vida fácil
No poca gente cuando buscan vivir una vida fácil, se la complican.
Formas de ganar
Una estrategia para vencer al enemigo: llévale a creer que ha perdido, y se rinda.
Caer en desgracia
Vigila con la buena fortuna. Una forma de caer rápido en desgracia es, previamente, haber tenido tanta suerte que terminaste emborrachándote de ella.
¿Pensar contra experimentar?
Todo pensar es siempre, y sin excepción, una forma muy íntima y propia experimentar.
Pensamientos y emociones
Resulta imposible distinguir un pensamiento, por más árido, abstracto y frío que parezca a simple vista, de una emoción, en la medida que al comprenderlo siempre nos mueve y cambia por dentro.
Emociones profundas
Nada existe de más emotivo que los pensamientos más pesados y fríos, pero la mayoría se resiste a experimentarlos, con lo cual tienden a pensar que uno les habla de "nada".
Realidad
Concebimos la realidad según la fuerza y violencia de nuestras emociones y expectativas, las cuales nos presentan las cosas como firmes y claras, seguras y bien definidas o bien como confusas, engañosas o directamente imperceptibles.
¿Qué somos?
Cuando nos atrevemos a penetrar nuestros sueños, emociones y deseos a fin de intentar cazarnos a nosotros mismos y, con ello, conocernos un poco, tal audacia ejerce en nosotros tan gran impresión que inevitablemente nos cambia y altera, con lo cual dejamos de ser lo que éramos.
Nada nos transforma más que el "nosce te ipsum", de modo que conociéndonos nos vamos desconociendo.
Ponernos guapos
Hay que ponerse guapo y atractivo para seducirnos a nosotros mismos lo suficiente como para, entonces, desear conocernos mejor. Cuando empezamos a ver cosas en nosotros que no nos gustan no pocas veces terminamos apartándonos de nosotros mismos.
Cosa de niños
Los niños y caracteres vivaces parece, muchas veces, que se sienten atraídos por cuanto les asusta. Desean que les cuenten historias de miedo: de monstruos, brujas y fantasmas. Sus salvajes fuerzas emocionales ven el miedo como un hueso al que morder y poner a prueba. Adoran el miedo porque quieren vencer el miedo haciéndolo estallar en una carcajada.
Decir las cosas
No a todo el mundo se le puede decir una misma cosa de la misma forma. Pero, ¿acaso en toda forma de decir las cosas no hay siempre mucho del significado de las propias cosas? Quizás al hablar de formas distintas sobre una cosa se esté hablando de cosas algo distintas.
Dominar y ser dominado
El hierro y el imán andan cogidos de la mano ¿Quién atrae a quien?
Realidad metafísica
Seamos sinceros. No podemos negar de forma completa, definitiva y absoluta la existencia de una realidad en sí donde las cosas tengan una existencia en sí mismas; una existencia autónoma y autosuficiente, perfecta, libre e independiente de todo lo demás. Pero si esta realidad existiese da igual, puesto que resulta completamente trivial, fútil e inaccesible por semejante definición misma.
Apelar a un mundo metafísico es pretender recorrer un callejón sin salida. Nada más. Por consiguiente, si no queremos quedarnos ahí colgados, entonces sólo nos queda apelar al mundo de la mescla, la afectación, la confusión y los contrastes, del cambio incesante y por tanto de la creación/destrucción permanente de todas las cosas.
Pesimismo trasnochado
"No vale la pena tomarse nada en serio". ¿En serio?
Edades contradictorias
Lo jóvenes quieren ser adultos, y suelen hacer cosas que piensan que les hacen adultos. Mientras tantos los hartos de ser adultos querrían volver a ser jóvenes.
Sociedad perfecta
Aspirar a construir una sociedad perfecta es como soñar con vivir en una prisión perfecta. No pocas veces lo bueno, libre y feliz de una sociedad emerge de donde ésta falla, disfunciona y fracasa.
Buscar un equilibrio perfecto
Toda separación y ordenación de poderes busca alcanzar un equilibrio de fuerzas. El equilibrio de fuerzas, por tanto, manifiesta una forma de estructurarlas y que tomen cuerpo ¡Que se vuelvan funcionales!
Sin embargo, el equilibrio perfecto nunca es el equilibrio total y absoluto de las fuerzas, porque un equilibrio tal implica la aniquilación completa de las fuerzas.
El equilibrio perfecto siempre permite cierto desequilibrio por donde las fuerzas se retroalimentan y así el cuerpo puede crecer.
Información, conocimiento y sabiduría
Observar y experimentar algo no implica comprenderlo, y comprenderlo no implica necesariamente ser capaz de tomar una buena decisión al respecto.
Dar consejos
Es difícil dar consejos porque conocer y comprender una situación no implica saber cuál es la mejor decisión. No pocas veces muchos han tomado muy buenas decisiones precisamente porque ignoraban en gran medida la situación.
Mas vale nada que poco
A veces, sabe más quien no sabe nada de un tema que quien sabe solo un poco, mientras cree inocentemente saber mucho.
Triunfar en la vida
Al éxito siempre le gusta rodearse de un cierto aroma a feliz ingenuidad.
Origen de la verdad
Toda verdad se engendra a partir de nuestras experiencias, que siempre son muy emocionales dado que nos mueven y cambian por dentro. Toda verdad dice mucho de nosotros, y quizás nada más.
Pero no son pocos quienes les gustaría, y por eso sueñan, con que la verdad nos dijera mucho más. Y bajo este sueño y deseo crean precisamente su verdad.
Belleza.
"La belleza siempre está en los ojos de quien mira" dice un sabio antiguo. Y quizás valdría añadir: y también en sus deseos.
Buen artista
Los grandes artistas siempre buscan que sientas y desees, sueñes y experimentes. Por eso son tan buenos educando a la gente. No hay nada más superficial y veleidoso que un gran artista.
Filósofos
En el fondo todos los filósofos no dejan de ser artistas que destinan sus obras a educar. Sin embargo son mucho más ambiciosos: su público es siempre "el futuro" ¡O nadie!
También entre los filósofos los mejores suelen ser los más superficiales y veleidosos, aunque sus sonidos y colores estén hechos de conceptos, afirmaciones y reflexiones.
Leer a los grandes filósofos es embarcarse hacia un mundo de experiencias y deseos, sueños y sensaciones muy especial: el mundo de las ideas y las verdades.
Escribir una obra
Muchos grandes escritores han empezado a escribir sus mejores obras por el final.
Tomar decisiones mirando atrás
Muchos, así los historiadores por ejemplo, creen que la sabiduría proviene de echar la vista atrás. Estos toman información del pasado, sobre la cual generan entonces un conocimiento de lo ya sucedido y de repente afirman tener muy claro qué decisiones habrían tomado ¡O se vanaglorian de saber el porqué sucedió lo que conciben que sucedió! Vaya, a ver si no estaremos ante gente que no está muy habituada a vivir...
Los habituados a vivir saben que no vale tomar el pasado de este modo, de forma retrospectiva -¿No es una forma de estafar a la gente?- se preguntan, mientras entienden que la sabiduría sólo consiste en tomar decisiones sobre situaciones que aún no existen, y por consiguiente se desconocen por entero, mientras advierten como todo lo que se explique de cuanto ya ha ocurrido siempre se estructurará sobre algún ad hoc. Pues nadie conoce el pasado por completo y de forma pormenorizada: ¿Cómo no hay que rellenar tan colosales vacíos con ficciones explicativas?
Sin embargo, el futuro fácilmente pone a prueba nuestros pronósticos ridiculizando sin piedad cualquier ad hoc, cualquier causa imaginaria e interesada que hubiéramos introducido para elaborar la predicción. ¿Será por eso que los historiadores siempre temen hablar del futuro mientras se dedican a predicar sobre el pasado?
Un pasado sin causas
Creer que el motor del mundo, de la historia, de los cambios y la evolución de todo cuanto alguna vez haya existido son "las causas" ha llevado a los historiadores a concebir e interpretar el pasado mediante causas.
Sin embargo, hay otra forma de tratar el pasado y que no está, al menos de momento, al alcance de los historiadores; consiste en desechar el cuento metafísico de la causalidad. Este cambio de paradigma consiste en estudiar los procesos, cambios y evoluciones mediante patrones, tendencias, voluntades. Es decir, tomar los diferentes fenómenos históricos no como causas sino como síntomas que manifiestan las tendencias.
El fin de la historia
Creer que la historia, la evolución, el devenir es, simplemente, un efecto causado por algún tipo de motor, además de ser una interpretación estrictamente imaginaria que nos lleva a tantear la posibilidad de un mundo metafísico, conlleva suponer y fantasear con que algún día el motor se pueda parar.
Lo valioso
Lo valioso siempre es aquello que resulta difícil; aunque no demasiado difícil.
Lo imposible
Las voluntades débiles tienden a considerar imposible aquello que no se ven con fuerzas de alcanzar. Despreciándolo justifican su desidia e impotencia, y además, quieren convencerte de que no lo intentes ¡Faltaría más que lo lograses! Su envidia no lo podría soportar.
Democracia y superstición
La democracia es a la política lo que la brujería a la medicina. ¿Cómo no se va a articular a través de palabras mágicas?
La base teórica de la democracia
Por un lado, el miedo al poder y sus juicios arbitrarios.
Y por otro lado, el odio y el resentimiento hacia quienes logran prosperar y vivir bien en una sociedad, que son tachados de privilegiados.
Meritocracia
La meritocracia es un invento ético-social: consiste en poner a prueba a la gente para comprobar si son aptos o no para una función concreta dentro de esa gran máquina humana llamada "sociedad".
La meritocracia pretende ser, pues, un sello de garantía moral -de buen funcionamiento social.
Contra la meritocracia
La igualdad lucha siempre contra la meritocracia, mientras vende al público luchar contra privilegios y desigualdades. Por eso los antiguos consideraban la democracia (el igualitarismo) el origen de todo caos y disfuncionamiento social. Y con ello la señalaban como el preludio de tiranías.
Creer en algo
La gente necesita creer en algo: tomar algo por firme y preciso, seguro y estable; y eso significa precisamente "verdadero". Pero que la gente tenga semejante necesidad psicológica y emocional no significa que algo por el estilo pueda existir jamás. Y, ¿qué significa entonces?
Ética de granja
En una granja cuando sale más caro mantener a los animales que lo que estos producen se eliminan.
Amar y desear lo desconocido
Suele ser más fácil amar y desear lo que no conocemos que lo que nos resulta ya harto trillado. Basta con no estar nada acostumbrado a vivir en medio de la exótica naturaleza, y sus animales, para amar la naturaleza y tales animales.
De locos
Es de locos no realizar jamás ninguna locura.
De necios
Es de necios creer que no se se dicen necedades cuando se cuentan las cosas.
Vanidad de borregos
Los borregos son incapaces de aceptar que quienes les protegen, curan, alimentan y por tanto les cuidan, los consideran su posesión y harán con ellos lo que consideren oportuno. Ni más ni menos.
¿Y por qué son incapaces de comprenderlo? En su vanidad creen que si les cuidan es porque ellos lo valen.
Perversión
La forma de pervertir cualquier cosa y que termine por no valer nada consiste en volverla fácil y accesible a todo el mundo. Se llama "inflacionar un valor".
Evitar que la gente te comprenda
Una de los formas más eficaces para evitar que la gente te comprenda es hablar de forma clara y directa. Entonces tus palabras rebotan contra sus prejuicios y nunca les llegan más que en forma de ruido. Y ciertamente el ruido molesta.
Expresión artística superior
La sátira: de como destrozar las cosas riéndose de ellas.
Pervertir la vida
Cuando la inmensa mayoría de la gente llega sin muchos problemas a los 60, 70 o incluso 80 años el vivir pierde valor.
25 años
Si los adolescentes observasen que muy posiblemente no llegarán a los 25-30 años quizás se dejarían de muchas bobadas por las que ahora se preocupan.
Larga vida
Cuando se cree tener por delante una larga vida se suele posponer constantemente la vida.
Ética vital
Tener una larga expectativa de vida nos lleva a temer mucho más perderla. Y el miedo esclaviza y somete. ¿Alargar la vida de la población habrá sido un mecanismo para esclavizarla y volverla sumisa?
Ética para viejos
Pasados los 70 la gente se vuelve rancia, es decir, mucho más egoísta. Los miedos a "perder" se acrecientan. De hecho, muchos viejos sacrificarían a toda la juventud para mantenerse en vida.
No tener fe en la vida
Quien no tiene fe en su vida se angustia constantemente al percibir como ésta se escurre; teme que lo que no pueda hacer hoy ya no lo hará nunca.
Quienes no tienen fe en la vida viven el presente de forma frenética y ansiosa, incapaces de comprender el tempo de las cosas. Y, ¿acaso el tempo no es fuente de toda sabiduría?
La consciencia, esa tontería sobrevalorada
"Hay que tomar consciencia" llevan miles de años chillando los moralistas, los que van de buenos. Por ejemplo, escuchémosles hoy en día: "hay que tomar consciencia del cambio climático", "hay que tomar consciencia de la pobreza y miseria del mundo", afirman y exigen lanzando proclamas a los 4 vientos. ¿Y qué hacen? Gestos, sólo saben hacer gestos los muy alelados: separar sus basuras, comprarse pins para parar el cambio climático o dar limosnas a los que piden ¡Con gestos calman esa chillona consciencia suya!
Si se hicieran un selfie se reirían de sí mismos y de esa soberana tontería psicológica que llaman "consciencia", y que en su soberbia y necedad consideran "lo más importante de la vida", porque "puede cambiar el mundo", dicen.
Vaya, en qué mundo más pequeño y simple vive esta gente.
Para los vanidosos
¿Quieres que muchos hablen de ti y piensen en ti? Preséntate en público como malo y destructor y los buenos siempre te tendrán en sus recuerdos y oraciones, pues alteras su buena consciencia.
Destrozar ideas
Las ideas, como todo en la vida, se engendran de forma algo caótica y convulsa, se desarrollan robando aspectos de otras ideas, alcanzan una cierta madurez y plenitud exuberante, para poco después empezar a descomponerse en otras ideas distintas y a veces completamente refractarias, hasta languidecer pasto del tiempo.
Es tan importante para la vida espiritual de la humanidad crear nuevas ideas y hacerlas crecer con amor y mimo, como ser malo y destrozarlas sin piedad... riéndose de ellas.
Llegar a dominar el mundo
Después de 3.000 años un pueblo innombrable ha logrado dominar el mundo al controlar de forma sumamente astuta y sibilina sus principales resortes después de un largo y penoso camino lleno de sufrimientos y pérdidas, de persecuciones, explotación y esclavitud ¡De levantar iras y odios a su alrededor! ¿Cómo pudo superar tan graves y descomunales adversidades para terminar erigiéndose como árbitros de la humanidad?
Engañándose a sí mismos constantemente al defender, fanáticamente, que pasara lo que pasara ellos eran siempre, y de alguna manera, los mejores, los buenos, los vencedores... los elegidos por el destino divino.
Madurar rápido
Toda fruta que madura rápido termina en la hambrienta boca de quienes se atropellan delante del mercado.
Las largas maduraciones sólo son apreciadas por los paladares más profundos y complejos, los ricos en tiempo -quienes valoran la espera.
Bellas y buenas
Todo lo bueno se hace esperar, dice el refrán.
Más importante que la consciencia
En nuestro convulso mundo psíquico existen fuerzas harto más interesantes y potentes que esa chiquilla sobrevalorada y chillona de la consciencia. Pero como hablan poco pasan desapercibidas a los despistados, sordos y cortos de miras, que no son pocos precisamente.
Verdades falsas
"Te voy a decir dos palabras: me pasé".
Perspectivas infinitas
Para Platón sólo se puede apreciar el infinito a través de dos perspectivas distintas: la humana y la divina.
Desde una perspectiva humana el infinito adquiere la forma de un progreso sin fin; por ejemplo la humanidad puede ir progresando de un estadio muy primitivo, ignorante y fuertemente sometido a las circunstancias hacia un estadio cada vez más desarrollado, científico, potente y libre.
Desde una perspectiva divina, en cambio, la humanidad siempre se encuentra igual e inamovible: en un lodazal.
Sin embargo a partir del s.XVII y XVIII algunos pocos empezaron a sacar otra perspectiva nueva para apreciar el infinito, aunque aún se comprende poco.
Maestros
Muchos maestros querrían tratar a sus pupilos como en Francia tratan a los gansos: cogerlos por el pescuezo y con un embudo atiborrarlos de conocimientos.
Para un buen paté están esos pupilos.
¿Qué es el ser humano?
Una compleja y sutil balanza para pesar y contrastar sensaciones, sentimientos, pensamientos, ideas... una sutil y precisa máquina de juzgar, ponderar y valorar. De hecho, eso mismo significa pensar.
Nuestros juicios
Cuando juzgamos, valoramos y pesamos las cosas demostramos inevitablemente nuestra alegre, ingenua y artística necedad. ¿Cómo?
Para pesar se precisa, primero, de establecer una referencia. ¿Y de donde sacamos tal referencia? ¿Acaso nos es dada del cielo? ¡Más quisieran algunos soñadores! Siempre la creamos nosotros mismos, pues no conocemos nada mas.
Fascina apreciar como nuestra sabiduría se nutre, siempre, de tal necedad artística. ¿Cómo no la va a desear y proteger?
La sabiduría exige, siempre, mantener cierto grado de necedad e ignorancia para poder bailar con cierta gracia y libertad.
Elevación
Para saltar muy alto no hay otra que hacer mucha fuerza para abajo.
Mejorar
Queremos mejorar, pero para ello es preciso tener un modelo y un punto de referencia a través del cual evaluar eficazmente cualquier progreso.
La sabiduría consiste, en gran medida, en haber logrado "visualizar" un modelo.
El modelo
Cualquier modelo es una idea, y como todo lo vivo ésta también nace, crece nutriéndose de otros modelos hasta alcanzar una apoteosis. Luego, poco a poco si hay suerte, empezará a disolverse pasto de otras ideas nuevas que irán tomando fuerza y abriéndose camino en el mundo.
Cuestión de tiempo
Basta con cambiar la perspectiva temporal sobre la cual juzgamos acciones y sucesos humanos para darnos cuenta de cómo nuestros juicios particulares y del día a día son, siempre, sumamente miopes y casi absurdos.
Si pudiéramos tomar la eternidad como perspectiva sobre la cual juzgar todo cuanto ocurre en el mundo quizás lo veríamos con los mismos ojos de Heráclito: como un infantil juego de dados inevitable, caprichoso, inmoral, salvaje...
Estudiar
Del mismo modo que resulta sumamente raro que trabajando uno se vuelva rico, muy rico, también resulta sumamente raro que estudiando uno se vuelva muy sabio. Sin embargo, es necesario el estudio de muchos para que unos pocos listillos lo aprovechen y den luz a cierta sabiduría prodigiosa.
La diosa fortuna
Una cosa es lo que se piensa, otra lo que se dice y otra muy distinta lo que se termina haciendo... y es la diosa fortuna quien las más de las veces determina el desenlace.
Del azar no nos gusta...
Qué fácil es que nos sobrevaloremos. Raro es pensar que cuanto hemos ganado y consideramos fruto de nuestros esfuerzos y méritos se deba, en no poca medida, al caprichoso azar -Porque yo lo valgo- Piensan orgullosos quienes se sobrevaloran.
Tener siempre el azar en mente
Cuando repasamos las grandes guerras vemos que la suerte es siempre la mejor arma. Y los romanos la supieron usar como pocos.
Atraer la suerte
Una forma de atraer la buena suerte es no tantearla mucho.
¿Nuevo idealismo?
Jamás conocemos a las personas por ellas mismas. Sólo conocemos las ideas que nos hacemos de ellas a través de su trato.
Yo soy muchos
El trato con la gente nos lleva a entrar en esa gente y a que, de algún modo, esa gente se integre como parte de nosotros mismos.
Tratando a la gente nos alimentamos de ella. A veces se nos pone mal ¡Y otras veces nos crecemos!
Día a día
Cada día que pasa me fascina más la idea del azar, y motivos de sobras tengo para intentar no pensar mucho en ella.
Ser especiales
No querer ser especial ¿no es ya eso una forma de pretender ser especial?
¿Qué se lleva ahora?
Escuchando alguna conversación de bar de tanto en tanto uno en seguida detecta qué andará de moda para la opinión pública. Los ingredientes que lleva el pienso para el ganado hulen en seguida.
De gente culta
La mayoría de la gente lee, escucha y sigue aquello que le dicen que muchos siguen, precisamente porque muchos lo siguen. Millones de personas viven como pollos sin cabeza. ¿No resulta eso fascinante?
Anti masas
Hay gente que experimenta una agresiva revuelta intelectual al apreciar el carácter de rebaño hipnotizado que de común muestran las masas. Y les da asco. Con motivo se apartan completamente de ellos. ¿Y cómo se apartan? Se acercan e interesan sólo por aquello que a nadie le interesa, precisamente porque a nadie le interesa. De tal guisa se sienten especiales y exclusivos. ¿Serán borregos a la inversa?
El bautizo
Poniendo nombres nos convencemos de que existen las cosas y que éstas han de ser de una determinada manera; pues toda definición es siempre de una determinada manera.
Primer requisito para ser popular
Si quieres que hablen de ti y vivir en la febril consciencia de la gente antes de nada ponte un nombre. Sin un nombre no existes para la gente, pues no pueden hablar de ti. Y para la gente, de lo que no se habla no existe.
Cuida tus palabras
Para tu mente prácticamente sólo existe aquello de lo que hablas, y te hablan, cada día. Crea tu mundo, pues.
Libertad de expresión
Prohibir ciertas palabras y relatos es un luchar para que no existan ciertas cosas
Lo que las palabras nos llevan a ignorar
Así como el sol oculta las estrellas con su brillo así las palabras ocultan la mayoría de aspectos y contrastes que rodean y afectan las cosas al definirlas.
La ignorancia del conocimiento
Basta con colgar un adjetivo concreto a una persona, y así identificarla, para borrar cualquier otro conocimiento posible sobre ella.
Definir las cosas es una forma sibilina y astuta de ocultar muchos aspectos y contrastes de las cosas ¡Y evitar que saquen la cabeza!
Las ideologías, los profesores, publicistas y políticos son maestros en promocionar esta forma de ignorancia.
De lo bueno
Cuando te cuentan sólo lo bueno de una cosa, agárrate y espérate encontrar por ti mismo y de sopetón los aspectos y matices ocultos de la cosa.
Telarañas
Un sabio antiguo definió las explicaciones humanas como telarañas capaces de atrapar todo tipo de consciencias.
Alimentarse de palabras
Nuestra inteligencia, desde nuestra infancia, inevitablemente se nutre de las explicaciones y cuentos, los relatos y teorías. Y así como nadie tiene el mismo estómago y tolera los mismos alimentos, tampoco nadie posé la misma inteligencia y tolera las mismas explicaciones.
Juicios superfluos
No son pocos quienes acostumbran a juzgar las cosas por sus nombres, y los productos por su marca, y las personas... Vivir precisa hacernos una idea rápida y errónea, simplificada e injusta de las cosas para, así, poder tomar decisiones al momento. Poner un nombre es una simplificación, y con tal simplificación empieza la lógica.
La mayor injusticia
Quizás la mayor injusticia sea la de luchar para evitar que la gente sea injusta con todo cuanto juzgan, consideran y valoran ¡Ello nos llevaría a luchar para que la gente dejara de hablar y pensar!
Qué es la inteligencia
La inteligencia representa el poder de simplificar: de volver fácil, comprensible y sencillo cuanto se presenta como complicado y multiforme, lioso y confuso.
Ideas inteligentes
Toda inteligencia superior termina simplificando de forma brutal su visión de la vida al concebirla bajo la idea de que "todo es uno" ¡Aunque nada en la vida sea nunca igual! De aquí, curiosamente, el hecho de que todo pueda comprenderse, precisamente, como uno y lo mismo.
Alimentación sensorial
Percibir y sentir son, siempre, una forma de nutrición. ¿Cómo? Sí, mirando, oliendo, tocando alimentamos nuestro cuerpo, es decir, a nosotros mismos.
Nuestros aparatos sensoriales son reminiscencias de primitivas formas de nutrición y depredación. Con razón, ¿cómo vamos a seguir siendo idealistas?
Haciendo amigos
No pocas veces la mejor forma de hacer un buen amigo consiste en empezar a pelearte o discutir con él. Así probamos de qué pasta está hecho.
Materialismo vs espiritualismo
Palabras viejas para cosas viejas. Ya sería hora de ir renovando un poco el armario filosófico.
Bobería estudiantil
La tontería que nubla la mente de los buenos estudiantes es la burda creencia de que conocer un tema consiste en saber responder de forma correcta las preguntas que se les formula sobre ese tema. Por tanto, los estudiantes viven bajo el embrujo de una mentira y una necedad supina: que el conocimiento de un tema consiste en aprender una serie de respuestas concretas.
Allí los tenemos, orgullosos de su adiestramiento, mientras confunden conocer un tema con aprobar un examen a base de respuestas concretas y con ello, obtener un título.
Más bien lo que conocen del tema solo es la parte de las preguntas fáciles: las que tienen respuestas convenidas de forma precisa. Sin embargo, no hay tema que se limite a tales respuestas simplonas y mecánicas; son los profesores quienes han reducido el tema a eso para poder concretar un examen y expandir un título.
Desconocimiento de la Ciencia
La gente ignora por completo que la ciencia se sustenta, siempre, sobre suposiciones y errores, ficciones e hipótesis, nunca sobre verdades. Ni los hechos son propiamente verdades más allá de las capacidades cognitivas humanas.
Limitaciones de la educación
Sólo se pueden enseñar, transmitir y valorar objetivamente procedimientos mecánicos: respuestas concretas y precisas, protocolos, técnicas específicas, definiciones, explicaciones.
Como ya denuncia Platón, o Einstein 2500 años más tarde, lo que no se puede ni enseñar ni transmitir es todo el pensamiento intuitivo, metafórico e imaginativo; no se puede enseñar a comprender, por ejemplo, cuando lograr que a alguien se le encienda la bombilla resulta ser, precisamente, lo más valioso del espíritu humano.
Un paso importante
Para avanzar en el conocimiento es fundamental, cuando te han enseñado muchas cosas, empezar a desaprenderlas.
Para avanzar siempre es requisito indispensable tener que dar pasos atrás.
Los que no avanzan
No haber aprendido nunca nada no te permite jamás avanzar, dado que te impide dar pasos atrás.
Dar y recibir
Muchas veces damos cuando queremos recibir. Vigila cuando te den cosas.
Paradoja
¿Se puede subir una escalera bajándola?
Sombras
Toda acción tiene sus sombras, que sólo vemos según las luces bajo las cuales la juzguemos.
Mitología científica
El positivismo volvió idiotas a parte importante de las clases intelectuales de los últimos 2 siglos llenándoles la cabeza de fantasías; como esa idea positiva aún fuertemente idealista de que la ciencia estudia la realidad propiamente dicha y de que esta realidad es el conjunto de todos los hechos que se dan en el mundo.
La ciencia no estudia la realidad, sólo lo que puede medir y calcular; y para ello emplea todo un ejercito de metáforas y mitos especialmente diseñados al efecto; como la noción espacio, de fuerza, de velocidad o de átomo por ejemplo.
Salvaje imaginación
La mayoría de cosas que completamente despreocupados creemos que existen y son reales más bien son fruto de nuestra imaginación, lo que ocurre es que no nos damos cuenta de ello. Ni tan siquiera nos preocupa no alertarlo. Nuestra inteligencia es así de infantil, inocente y alegre ¡Es así de superficial!
Cambios de personalidad
En nuestra infancia somos quienes imitamos. Si imitamos a un pirata, somos un pirata; si imitamos a un perrito somos un perrito. De pequeños nuestra salvaje y desbordante imaginación nos convence de ser, en efecto, el papel que vamos representando ¡No nos discernimos a nosotros mismos de nuestros disfraces y vestidos! Y al volvernos adultos poco se calma tan loca imaginación nuestra ¡Cuántos se creen a ciegas el rol que representan! Así se puso de manifiesto de forma inquietante con el experimento de la cárcel de Stanford.
Sólo existen contrastes
Un mundo no metafísico y por tanto de conflicto, mezcla, irracionalidad desbordante como el nuestro es un mundo que no está hecho de cosas, ni elementos físicos, ni entidades atómicas, ni objetos materiales ni nada concreto y determinado, sino de contrastes.
¿Cómo representar conceptualmente el devenir?
A fin de representar de alguna manera comprensible el devenir, el fluir de todas las cosas y por tanto su inherente contradicción interna, los matemáticos han terminado profundizando en dos conceptos principales: el de azar y el de infinito.
El movimiento, el cambio y los contrastes sin cesar se pueden representar mediante ecuaciones de probabilidad, como los promedios por ejemplo. Y también mediante límites al infinito, acaso bajo la forma de ecuaciones diferenciales ¿Será por eso que Newton las llamó fluxiones?
Ilusión infinitesimal
El cálculo diferencial ha llevado a muchos a creer que dado un cambio o movimiento podemos conocer de forma precisa y determinada los valores de ciertas variables en cada instante, porque se toma cada instante como un punto concreto y fijo del movimiento. Pero nada más lejos.
En una derivada no existe nunca ningún punto, sino una aproximación tan precisa como se quiera hacia la eliminación de cualquier diferencial, contraste o distancia. El infinitesimal no es un número, sino una aproximación sin fin. En este sentido, cuando buscamos la derivada en un punto lo que encontramos es el límite al infinito de un promedio. Y, ¿acaso no es esta una noción estrictamente probabilística?