Seamos sinceros, vivimos en una civilización absolutamente derrochista; en todos los sentidos ¡Nunca antes habíamos sido tan ricos en recursos, técnicas, emociones, fuerzas y conocimientos! Y sin embargo derrochamos tan colosal potencia ¡Somos incapaces de darle ninguna proyección más allá del hombre mismo y la actualidad! Estamos dilapidando cuanto se ha sacrificado e invertido durante siglos sólo por le gozo del instante fugaz, siempre fugaz.
Nos ponemos enfrente de nosotros mismos y nos preguntamos ¿Qué sentido tiene nuestras vidas? ¿Qué sentido tiene vivir en sociedad? ¿Qué sentido tiene sacrificarse por algo, eso es, destinar nuestra vida, sea ésta más corta o más larga, a alcanzar cierto objetivo? ¿Por qué no acabamos por pasar de todo y nos dedicamos, simplemente, a vivir por vivir de la forma más cómoda posible? ¿Por qué tenemos que complicarnos la vida? A fin de cuentas, todo es voluble, efímero, huidizo, inestable, relativo...
Hay que reconocer, nosotros que somos anticristianos, que el cristianismo tuvo algo de grandioso: Fue capaz de actuar como una religión, es decir, puso un objetivo común a Occidente, a saber: al canzar el reino de Dios.
Bien, nosotros ya no creemos que el objetivo de la humanidad sea ese, sin embargo nos preguntamos ¿A qué debemos destinar todas nuestras fuerzas, nuestros conocimientos, nuestras vidas? ¿Acaso a nosotros mismos? ¿Acaso a hacer la vida de los desgraciados, retrasados y fracasados más bonita a través de ONGs y otros actos solidarios? ¿Cual es el sentido de la humanidad?
Somos anticristianos no porque seamos irreligiosos, sino porqué no creemos ni en la salvación ni en los elegidos. Somos anti solidarios porque no creemos que el destino de nuestras vidas sea reconfortar las vidas del prójimo con el fin de hacer pasar esta vida nuestra de la forma más cómoda posible. De hecho, no creemos en ninguna religión o idiosincracia que predique el dar derechos y oporunidades ¡No creemos en el chocolate para todos! Somos demasiado astutos y experimentados como para saber que tales movimientos son un embuste y un fraude: un clavo ardiendo donde se agarran los desheredados, bastardos e infértiles del mundo... que no són pocos.
Hay que crear una religión nueva que dé sentido a la humanidad, es decir, que le de un objetivo y por tanto una proyección y un futuro. Una religión que no esté dirigida ni por necios, ni cobardes ni envidiosos ni fracasados ni soñadores.
No, señores, no, la vida no tiene ningún sentido ¡Por eso es inmoral! Pero nosotros le podemos dar múltiples sentidos y objetivos, es decir, la podemos volver moral ¡Y debemos!
Debemos canalizar toda esta riqueza espiritual heredada y acumulada tras siglos de luchas, tensiones, críticas y tentativas.
Nos ponemos enfrente de nosotros mismos y nos preguntamos ¿Qué sentido tiene nuestras vidas? ¿Qué sentido tiene vivir en sociedad? ¿Qué sentido tiene sacrificarse por algo, eso es, destinar nuestra vida, sea ésta más corta o más larga, a alcanzar cierto objetivo? ¿Por qué no acabamos por pasar de todo y nos dedicamos, simplemente, a vivir por vivir de la forma más cómoda posible? ¿Por qué tenemos que complicarnos la vida? A fin de cuentas, todo es voluble, efímero, huidizo, inestable, relativo...
Hay que reconocer, nosotros que somos anticristianos, que el cristianismo tuvo algo de grandioso: Fue capaz de actuar como una religión, es decir, puso un objetivo común a Occidente, a saber: al canzar el reino de Dios.
Bien, nosotros ya no creemos que el objetivo de la humanidad sea ese, sin embargo nos preguntamos ¿A qué debemos destinar todas nuestras fuerzas, nuestros conocimientos, nuestras vidas? ¿Acaso a nosotros mismos? ¿Acaso a hacer la vida de los desgraciados, retrasados y fracasados más bonita a través de ONGs y otros actos solidarios? ¿Cual es el sentido de la humanidad?
Somos anticristianos no porque seamos irreligiosos, sino porqué no creemos ni en la salvación ni en los elegidos. Somos anti solidarios porque no creemos que el destino de nuestras vidas sea reconfortar las vidas del prójimo con el fin de hacer pasar esta vida nuestra de la forma más cómoda posible. De hecho, no creemos en ninguna religión o idiosincracia que predique el dar derechos y oporunidades ¡No creemos en el chocolate para todos! Somos demasiado astutos y experimentados como para saber que tales movimientos son un embuste y un fraude: un clavo ardiendo donde se agarran los desheredados, bastardos e infértiles del mundo... que no són pocos.
Hay que crear una religión nueva que dé sentido a la humanidad, es decir, que le de un objetivo y por tanto una proyección y un futuro. Una religión que no esté dirigida ni por necios, ni cobardes ni envidiosos ni fracasados ni soñadores.
No, señores, no, la vida no tiene ningún sentido ¡Por eso es inmoral! Pero nosotros le podemos dar múltiples sentidos y objetivos, es decir, la podemos volver moral ¡Y debemos!
Debemos canalizar toda esta riqueza espiritual heredada y acumulada tras siglos de luchas, tensiones, críticas y tentativas.
1 comentario:
Bien¡... no soy anticristo por que ser anti de algo es estupido, pero me pare interesante como encaras la vida, y no te dejas embaucar por cualquier cosa que te ofrecen, mas todo lo aveis dicho es un tanto superficial y egoista, debes saber que lo que propones ya lo han hecho miles de veces, si realmente eres un pensador inteligente no deberias excluir tus sentimentos respecto al tema, lo que te dara prestigio y seguridad. No entiendo cual es tu objetivo con este articulo,sólo recibiras comentarios inutiles de miles de fanaticos y ociosos. No contribuye nada, es soso, si quieres debatir, dilo y ya. Aun no sabes la verdad¡ te adelanto algo... es genial¡¡¡¡¡
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