sábado, 3 de enero de 2009

Cosa de médicos

La carrera de medicina es larga y pesada... machacona. Y no en vano, no garantiza para nada que uno se vuelva en un buen médico.

¿Qué es ser buen médico? Ante todo, hay que gozar del don de la prevención: atajar los problemas antes de que éstos surjan ¡Aunque eso no otorgue fama ni reconocimiento!

El pueblo cree que a grandes problemas grandes soluciones, y que los mejores son, precisamente, los que aportan estas grandes soluciones. Pero el pueblo se engaña porqué ve poco y mal: los mejores son quienes no dejan que los problemas se hagan grandes, es decir, evidentes para todo el mundo ¡Dominan la situación antes de que los problemas se vuelvan problemas para cualquiera!

El buen médico no ve, sino que huele lo que la gente normal aún no aprecia ni distingue -Diagnostica de forma instintiva las enfermedades al percibir las debilidades y los dolores con audacia y precisión. Sexto empírico nos legó un texto bellísimo al respecto, que ahora no tengo a mano para transcribir, pero que insto a quien quiera que lo busque.

He sufrido muchas lesiones de muy diversa índole a lo largo de mi vida. Sé qué es el dolor por mi propia carne, no hace falta que me lo cante un poeta. He recorrido un montón de especialistas y médicos y digo -Nunca te fíes de la medician general. Ésta es para el pueblo.

Si los deportistas de élite se dejaran aconsejar por la medicina general, los deportistas tardarían 3 o 4 veces más de tiempo en recurperarse de sus dolencias. Si es que llamamos recuperar el dejar los nervios atrofiados y hechos polvo por la inmobilización, los anestésicos y los relajantes musculares.

La medicina general tiene algo de peligrosa: tiende demasiado rápidamente a recetar inflitraciones, antibióticos, sedantes y drogas. Y esto lo mata todo. Son mecanismos de exterminación total. Y si bien uno acaba por recuperarse, lo hace siendo más débil. Es decir, la medicina general raramente se dedica a practicar terapias de curación a partir de un fortalecimiento.

Todo problema que se vuelve en un problema popular, general, 'grande' requiere de 'grandes' soluciones. Pero éstas nunca son las mejores, aunque en último término quizás se hagan precisas.

Aplicase por analogía esta visión, no sólo a la medicina, sino al estudio de las sociedades, las instituciones y las épocas enteras.

La predicción fisiológica no depende de un algoritmo, como la prevención de un estado de salud no lo depende. Y lo que todo el mundo (o por defecto la mayoría) considera una solución, acaso la gran solución, nunca es la mejor solución; esta valoración sólo indica que tal solución es la única que el pueblo es capaz de aplicar después de dejar que el problema llegara a tales dimensiones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Apuesto por estudiar el Nazismo desde esta óptica.