lunes, 19 de enero de 2009

Cultura clásica

Hemos heredado del Renacimiento la idea y la sensación de que lo clásico es lo antiguo. Pero la cosa no queda aquí; la modernidad, no obstante, valoró lo antiguo como lo caduco, mientras lo moderno pasaba a ser considerado como lo original. De aquí emerge esa sensación dominante en la actualidad que dice: lo clásico es algo pasado de moda cuyo valor reside, acaso, en conservar la memoria histórica de la cultura.

Creo recordar que fue Cicerón el primero en hablar de las artes clásicas para distinguir el arte noble del arte popular. Es decir, los autores clásicos eran los autores que se dirigían a cierta "clase", como por ejemplo Ovidio y Horacio; grandes despreciadores, ambos, de los aplausos de las masas. Y es que en Roma había una nutrida cultura popular.

En este sentido, los romanos (y también los hombres renacentistas aunque de forma distinta) discernían la cultura vulgar de la cultura clásica por el "efecto" que ésta ejercía: un efecto clásico es un efecto distinguido, exclusivo y difícil de apreciar por sus matices y sus esteticismos.

El arte clasico es exigente y selectivo con su público, siempre, puesto que ama la privacidad.


Toda cultura aristocrática, es decir, toda cultura forjada sobre diferentes clases sociales y por tanto, caracterizada por congeniar distintos tipos de educación que divida a los hombres en distintos rangos, desarrolla naturalmente una cultura clásica, es decir, una cultura que persigue un efecto clásico.

Cabe considerar como clásica aquella que refleja cierto perfeccionamiento, eso es, cierta privacidad, exclusividad y por tanto, cierta rareza.



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