Hoy cumplo 29 años. La verdad es que ya no me acordaba, pero cuando empiezas a recibir felicitaciones... Si fuera por mí, creo que me olvidaría de cuantos años tengo.
Precisamente ayer, cenando con Gouns, estuvimos hablando sobre el Tiempo, sobre la necesidad de la gente de estipular el tiempo, de organizarlo en días, horas, meses, años; en fin, esa imperiosa necesidad de marcar fechas señaladas para creer, así, que nuestras vidas siguen un sentido y un orden.
Las Olimpiadas, las Navidades, los Aniversarios, los cíclos... Toda esta mitología mantiene la mente de la gente ocupada y distraída ¡Y cuanto reconforta y congratula eso a nuestro feroz espíritu!
Nuestra capacidad quimérica ruge tan esperpéntica y monstruosa que sin estas 'distracciones' nos volveríamos locos ¡Nuestra mente, desatada, puede ser harto peligrosa! No en vano la sociedad precisa estipular y consensuar ficciones tales que den orden, color y sentido a las vidas de la gente, aunque a veces éstas se vuelvan un poquitín molestas y problemáticas.
Lo curioso del caso es apreciar, luego, como no son pocos los ilusos que pretenden sacar ciencia de nuestras convenciones y nuestra mitología.
Cuantas cosas hay aún dignas de ser estudias, como nuestra sorprendente capacidad de vivir en nuestro propio sueño.
En fin, un año más a cuestas... pero, ¿qué significa eso?
2 comentarios:
Lo mejor para ti en este año. Tal el deseo.
La paradoja del asunto es que con la edad se adquiere más experiencia pero se está más cercano a la muerte...estás jóven aún...
Saludos y felicidades
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