Hace poco, en Barcelona se colgó en los buses la siguiente propaganda "Probablemente Dios no exista; disfruta de la vida". Esta exigencia moral tiene algo de profundamente contradictorio, al menos para nosostros que somos mediterráneos y que, por tradición, relacionamos rápidamente la palabra Dios con el Dios católico que reflejan nuestras Iglesias y Catedrales. Y es que el Dios católico para nada es el mismo que el protestante; de la misma forma que los hombres mediterráneos somos harto distintos a los del norte de Europa -Esto lo saben bien las mujeres- ¿Cómo vamos aceptar un mismo Dios?
Para empezar, los católicos pueden hacer lo que les plazca... mientras se confiesen o bien, enriquezcan a la Iglesia. Esto para los protestantes resulta inconcebible, para nosotros, en cambio, nos parece incluso moral y justo.
Los católicos no entendemos eso de que la existencia o no existencia de Dios dependa de la probabilidad; sólo los ingleses creen en este argumento (Hume y sus discípulos intelectuales). Nosotros, mediterráneos, sabemos que Dios es, simplemente, una cuestión de fe ¡Aquí es la fe quien demuestra! Si uno cree en Dios, entonces, Dios existe; si uno no cree en Dios, éste no existe ¡Y no hay más que hablar! Pero los protestantes necesitan demostrar la existencia de Dios con las manos (empirismo) o con la razón y decir: veis, Dios está aquí.... Dios es esto. o bien ¡Dios existe porqué lo puedo pensar! A nosotros, católicos, esto nos parece una gilipollez.
Por tanto, tal y como los mediterráneos entendemos estos temas, o Dios existe o no Existe ¡Y esto es cuestión de fe! Además, creer en Dios no implica no hacer lo que nos plazca, ya que siempre podemos confesarnos y pedir bula al Papa.
Así pues, analizado este tema desde semejante perspectiva cabe afirmar que un ateo mediterráneo y católico no dirá que la existencia de Dios es improbable y que, por tanto, como que no hay Nada que juzgue sus actos desde la Eternidad entonces se ve libre de hacer lo que le plazca. Un ateo católico dirá, más bien: Dios no existe porque no creo en él, ni en efecto, en sus sacerdotes, por tanto, ¿qué razones tengo yo para gozar de la vida? ¿Puedo realmente gozar de la vida sin temor a nada, sin temer sus consecuencias? A fin de cuentas la esperanza en la redemción que me ofrece el sacerdote me alivia. A fin de cuentas el sacerdote te promete que por más gorda que la hagas, si pides perdón, no pasa nada.
En definitiva, quienes han promovido esta publicidad atea por barcelona son unos incultos: Hooligans de la cultura.
1 comentario:
Exactament. Els que Realment actuen com a probabilistes són els creients, el creure, els dubtes a vegades. Els que neguen, els que afirmen i manifesten ! que no hi ha Déu són els ateus. Menys en aquesta campanya pública. No podia ser d'altra manera.
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