viernes, 26 de junio de 2009

A Tagore


En general la poesía me aburre... Pero Rabindranath Tagore es, junto a otros poetas como Ovidio o Nietzsche, la gran excepción. Cuantas veces he leído y releído sus obras ante el placer, el profundo placer, que sus versos saben regalar sin miramientos... ¡Pues todo placer exige repetir y eternidad!

A veces, empero, Tagore es incluso demasiado puro, demasiado etéreo, demasiado femenino para mi gusto. Lo leo y pienso -Vaya, soy un bruto-. Ovidio Y Nietzsche, quizás se atengan más a mi temperamento, pero esta feminización, esta perfección y bondad en su verbo, le da un toque exótico a Tagore encantador... ¡Tan irresistiblemente encantador y delicado!

"Qué pequeña eres brizna de hierba. Sí, pero tengo toda la Tierra a mis pies" Para sentir eso hay que tener las manos muy finas.

El día que descubrí casualmente a Tagore, con su Lipika, será siempre recordado.

Poder

El poder de un organismo, especialmente el ser humano, se manifiesta en su capacidad de elección. Cuanto más selectivos nos volvemos más poder mostramos ¡Y eso es un peligro!

jueves, 25 de junio de 2009

Apología a la ignorancia y la oscuridad

Si el sol nunca se poniera no conoceríamos las estrellas

Ser amo

Excita sus deseos y te serán fieles.

Con la espada contra la pared

Odio escribir.... pero no puedo callar

miércoles, 17 de junio de 2009

Genealogía de los conceptos


Hace ya dos o tres años escribí un ensayo sobre el origen y la evolución de ciertos conceptos científicos, como espacio, tiempo, causalidad, simultaneidad, entidad física o energía.

Aunque ese ensayo fuera sólo eso, un esbozo y una tentativa, me parece crucial desarrollar un estudio semejante ¡Aún mucha gente cree que los conceptos nos vienen dados! Recuerdo que escuché una vez un profesor de ingeniería decir -Energía es energía-. Y luego se preguntan por qué la gente pasa de cursar este tipo de carreras.

En fin, precisamente uno de los conceptos a mi saber más intrigantes es éste, el de energía, que aparece por primera vez en Aristóteles y que, aún a día de hoy, parece susceptible de evolución y cambio.

Quizás de aquí salga una nueva ciencia ¿Qué tipo de nombre podríamos ponerle?

martes, 16 de junio de 2009

Mundo interior

Todo el mundo sabe que el cristianismo se forja sobre la idea que existe un mundo interior -El reino de Dios-. Un sentimiento, éste, harto tardío en la historia del pensamiento humano.



Fue San agustín (s.V d.c) quién habló más claro al respecto "No salgas a fuera, vuélvete a ti mismo; la verdad habita en el hombre interior" ¿Por qué predicaba eso San Agustí
n? No podía soportar la physis, la naturaleza, o sea, hablando literalmente no soportaba cuanto fluctúa, se transforma, se mezcla y deviene. Entendía que en donde hay transformación y cambio no se puede extraer ninguna opinión científica, en la medida que una opinión científica, y por tanto verdadera, es aquella que no admite duda, revisión ni corrección -¡La verdad ha de ser eterna!- Exclamaba.

En este sentido, San Agustín afirmaba que el mundo exterior, o mundo físico, era el mal, pues era fuente de errores, falacias, mitos, en fin, opiniones corregibles, mudables y revisables ¡En el mundo físico no hay nada fijo, seguro y eterno... es un continuo ahogarse!


-¿Donde es la verdad?- Se preguntó entonces, y la respuesta fue: -Dentro de mí; la fe y la razón me proporcionan las verdades eternas-. Cierto es que la vida de los mártires cristianos fueron expuestas como ejemplos de su teoría: por más brutalidades que hubieran sufrido los cuerpos de esos 'santos' su verdad interior, su fe en la palabra de Cristo, había quedado inalterada e insobornable. En cambio, la realidad exterior y mundana era corrupta y corpórea (en latín ambos términos comparten la misma raíz, y corpore significaba cadáver)... estaba destinada a perecer ¡Cómo la eterna Roma! Ciertamente San Agustín vivió la decadencia del imperio, con el saqueo de Roma por parte de los bárbaros incluido ¡Cómo no iba a considerar malo un mundo decadente y degenerado! Pero él no era ningún remedio contra la decadencia del imperio, como así bien se presentaba ante las masas romanas deseosas de salvación ante un mundo en caída libre. San Agustín era un síntoma más de esa degeneración que incendiaba occidente.

Bien, pues, con el cristianismo como ciencia oficial de ese enclenque y corrupto imperio romano, empieza una nueva era cuyo sino consistió en cultivar, en exclusivo, la vida interior a costa de despreciar y huir del mundo 'exterior', corporal, físico, fluctuante. Se empezaron a crear monasterios y a pregonar la vida retirada; mientras se encerraba a la bestia humana en sí misma a través del desprecio hacia todo lo físico, todo lo violento, todo lo que vitaliza y enerba al cuerpo ¡Se metió a la bestia humana en una jaula! Y entonces, se dijo... ahora el ser humano es bueno y sabio, pues disfruta en exclusivo de su mundo interior.

Y ante este panorama entra en acción Descartes y sus tres sustancias: la interior o espiritual, la material o exterior y la divina ¿Qué son para Descartes el mundo interior y el mundo exterior? No tienen nada que ver con lo que había dicho San Agustín ¡Y sin embargo parecía algo parejo! Descartes, como si fuera un Ulysses, creó el más imponente de los caballos de Troya jamás vistos en la historia del pensamiento. Sabía que si no hablaba de alma y cuerpo, como dos sustancias o mundos distintos, ningún círculo cultural cristiano le abriría las puertas.

Descartes dijo: el mundo exterior es, como dice San Agustín, la naturaleza, el mundo físico en cambio permanente; el mundo interior es el de nuestra consciencia. Visto así el esquema era plenamente agustiniano y por tanto, aceptable por cualquier comisión de sabios que juzgara el sistema. Pero entonces Descartes añadió algo asombroso, pura dinamita: sólo percibimos nuestro mundo interior, ¡sólo conocemos de forma inmediata nuestros estados conscientes! Esto implica que ese mundo exterior, físico, en transformación sólo lo podamos deducir de nuestros estados interiores.

Y con semejante astucia Descartes hizo reventar todas las cátedras de teología de Europa, las cuales empezaron a comerse el coco acerca de cómo el mundo interior puede reflejar el mundo exterior. A esta gilipollez lingüística se le ha llamado durante siglos filosofía y si se ha discutido como se ha discutido se debe, simplemente, a que nadie se ha puesto a buscar la evolución y la genealogía de los términos que han entrado en juego.

Pero volvamos a Descartes. El francés también dice que la ciencia reside en el mundo interior; lo que sucede es que, a su entender, el mundo interior es muy distinto al de San Agustín. Aquello cuanto éste último llamaba mal, engaño y error, Descartes lo llama ideas adventicias (percepciones empíricas) y las valora como verdades inmediatas procedentes de un hipotético mundo exterior que desconocemos completamente ¿Se aprecia donde se halla el engaño?

Bien, pues, después de que esos ingleses, burdos y mediocres, -Berkeley, Locke y Hume- trapichearan con el sistema cartesiano salió Kant explicando la mayor de las tonterías imaginables. Kant dijo que el mundo exterior de Descartes es la cosa en sí y como tal nos resulta desconocida. Pero es más, añadió el alemán, si bien Descartes decía que a través de las percepciones empíricas (se llama percepción pq se supone que proviene de un hipotético mundo exterior) podíamos deducir cómo era el mundo exterior de donde procedían nuestras percepciones gracias a la omnipotencia divina, Kant niega que nuestras percepciones nos puedan aclarar nada del mundo exterior, o sea, de la cosa en sí.

Llegados aquí nos encontramos con lo que ya expuse hace un par de días. Y ciertamente hay muchas cosas que decir al respecto, una vez uno 'descubre' toda esta pantomima psicológica que ha dado fundamento a la mecánica occidental; pues recordemos como aún Einstein decía que para hacer ciencia es necesario considerar que existe un mundo interior y un mundo exterior, objetivo y determinado que debe reflejarse, de alguna forma, en el primero.


En fin, nuestra ciencia está infestada de teología e idealismo, de burda psicología. Y encima no pocos paletos de la ciencia tienen la desfachatez de decir que la ciencia no es religión ni cree en cosas indemostrables. Es de risa... con eso sólo demuestran su profunda, profunda ignorancia, no sólo para con la historia de la ciencia sino para consigo mismos.



Inmoralidad: el arte de saber mentir

Durante siglos mentir ha sido tachado de inmoral -Una conducta reprobable. Pero nosotros hemos cambiado de opinión al respecto. A nuestro entender lo inmoral es no saber mentir.

lunes, 15 de junio de 2009

Más allá de la filosofía


Cuando uno se lee al viejo Kant se da cuenta de que éste no hace propiamente filosofía, sino que pretende ir más allá. Kant pretende hallar una ciencia, que llama ciencia transcendental, a través de la cual se pueda justificar no sólo la ciencia natural, sino la metafísica. Yo he leído a muy poca gente que explique esto con un poco de claridad.

Kant dijo, pues, que según su ciencia transcendental la metafísica no podía considerarse un conocimiento y por tanto, una ciencia natural. La razón de ello radicaba en la expeditiva idea de que el hombre no puede intuir directamente la cosa en sí.

Los idealistas alemanes, herederos de Kant, eliminaron la cosa en sí, o al menos como en Schopenhauer la redefinieron. En base a ello, vieron que la metafísica no sólo podía tratarse como una ciencia, sino como la ciencia suprema capaz de darnos una visón de todo lo que existe y puede existir -¡La ciencia puede alcanzar el absoluto!- Exclamaron con un entusiasmo desbordante. De aquí apareció, a principios del siglo XX el programa logicista de Russell y Hilbert, el cual presuponía que el conocimiento humano debía poderse reducir a una pura tautología tipo A=A.

Hoy en día, que ya nadie cree en la cosa en sí ni en la consciencia transcendental, nos hemos vuelto metafísicos ¡Aunque no lo llamemos con este nombre que sabe carca a nuestros oídos! Salta a la vista, la ciencia actual no teme embarcarse a hacer metafísica, o sea, en hallar el origen del cosmos y la vida.

Sin embargo, como sucede con todas las cosas imberbes, también los físicos pecan de novatos cuando se aventuran en estos terrenos de la metafísica... o la cosmología ¡Ponedle el nombre que queráis!

Se avecina una época de un resurgimiento metafísico, de nuevas explicaciones sobre el todo, la realidad y nosotros mismos. Habrá que ver hasta qué medida somos capaces de superar el pasado ¿Seremos capaces de presentar visiones y explicaciones sobre la vida más potentes que las que han habido hasta la fecha? Para ello sería bueno, de un buen principio, aprender qué dijeron nuestros predecesores al respecto... ¡Y el porqué lo defendieron!

domingo, 14 de junio de 2009

Cansancio

Cuando estamos cansados comenzamos a aprender y mejorar.

jueves, 11 de junio de 2009

Culturismo intelectual


En la Grecia arcaica la gimnasia formaba parte de la preparación del guerrero. Esos griegos llegaron a lucir cuerpos sanos, bellos y fuertes, no por ser unos metrosexuales y unos exhibicionistas, sino por necesidad. En un mundo de guerras o eras fuerte o, en el mejor de los casos, morías... ¡Y en el peor te convertían en esclavo! Esos hombres disciplinaban el cuerpo por amor a la vida, por amor propio, por necesidad y sanas ansias de poder.

Cuando Grecia entró en decadencia y se vulgarizó, el gimnasio pasó a ser un centro de culturismo, de exibicionismo, en fin, de goce del cuerpo, en vez de ser un santuario de preparación y sacrificio para la vida.

Así sucede también con el espíritu y por tanto, con muchos intelectuales: son culturistas intelectuales... decadentes. Su conocimiento no es fruto de la necesidad, el amor propio y el sacrificio vital, sino el exhibicionismo cultural. Ningún chupatintas ha sufrido jamás por el conocimiento ¡Cómo no va a vanalizarlo... incluso cuando le dé importancia! Eso lo dice todo.

martes, 9 de junio de 2009

Muerte animal

¿Son conscientes los animales de la muerte? En la medida que la idea de la muerte aparece en la historia del pensamiento humano como una construcción racional, así la de la causalidad o la del principio de identidad, es posible que la idea de la muerte sea fruto del raciocinio ¿Significa eso que la muerte es una ficción humana?

La felicidad

La felicidad es como la verdad y el dinero: una preocupación del hombre civilizado.

Estado natural

No es cierto que el hombre en estado de naturaleza fuera libre, lo que sucede es que no se lo planteaba.

La idea de libre y esclavo surgen con la civilización

lunes, 8 de junio de 2009

Lógica irracional

A los espíritus inferiores toda lógica superior les sabe irracional... porque no la comprenden, porque les avasalla, porque les machaca sin piedad su pequeño raciocinio de simio.

Las razones más fuertes no se comparten fácilmente y por ello, raramente se muestran como objetivas y comunicables a muchos.

Gimnástica mental

La mente es un músculo y como tal, precisa de calentamiento, estiramientos y una preparación sumamente meditada según las circunstancias antes de ponerse a funcionar a toda máquina. Pero eso lo ignoran todos los centros culturales superiores. En verdad, estos centros son, culturalmente hablando, una salvajada; pero ellos predican todo lo contrario.

Nuestro peligro

Nos sentimos pletóricos, llenos de fuerzas... en nuestro interior una oscura e incógnita presión hierve sin cesar. Es nuestro infierno interior... Eh aquí nuestro peligro: volvernos demoledores, incluso inhumanos ¡Auténticos soles que dejan todo cuanto acarician inerte y yermo con su fuego!

Hay que vigilar con lo seco, degenerado y carcomido... ¡Pues todo eso fácilmente se enciende colérico a nuestro paso!

Porque me lo merezco

Pensémoslo bien, hay tantas razones para justificar que nos merecemos lo que tenemos como que no. Mientras nosotros creemos que realmente nos merecemos lo que tenemos ya porque nos lo hemos ganado ya porque lo estimamos como un derecho propio, quienes nos envidian, incluso odian, apelan o la suerte o a la injustícia o a...

Libertad

Algunos han empezado a ser libres, a ser sí mismos, cuando atónitos se han dado cuenta que, en verdad, a nadie les importaban sus vidas.

domingo, 7 de junio de 2009

Una mentira

No es cierto que 'in vino veritas', es más, muchas veces resulta completamente falso.

Consejo

No enamorarse jamás por la vista... sin haberla probado.

sábado, 6 de junio de 2009

Predestinación inversa

A costa del post de Carlos me vino en mente una idea curiosa.

De costumbre se considera que la causa siempre precede al efecto ¡Y si en ciertas situaciones fuera al revés! Ciertamente esta idea parece de locos, pero a fin de cuentas la consideración que la causa precede al efecto nace de la idea que el tiempo tiene un sentido bien marcado; idea, ésta, típicamente cristiana (o sea es falsa).

Hitler y Schopenhauer

Hitler afirmaba que en el frente, durante la 1º Guerra Mundial, su "Biblia" personal fue "El Mundo como voluntad y representación", de Schopenhauer. A primera vista, parecería que hay muchas diferencias entre ambos, y así lo exponen no pocos estudiosos del tema. Pero yo tengo mis dudas. Me parece que Hitler sigue a rajatabla los sentimientos shopenhaerianos. ¿Acaso Hitler no hizo lo que hizo por compasión hacia la humanidad? 

Viejos amores

Cuando te reencuentras con viejos amores y viejas obsesiones a veces el tiempo desaparece... el pasado se vuelve presente y te saltas de un plas los pasos previos, mientras descubres matices nuevos ¡La situación adquiere un nuevo e insospechado color!

Dolores de garganta

Después de discutir y luchar por la verdad uno debe callarse un tiempo y reposar ¡La verdad también cansa!

No medias tintas

Mi carácter:
Reflexionar sobre las cosas desde diferentes perspectivas y si después de ello intuyo que algo no me satisface decir no, y ser absolutamente intransigente con la decisión.

Si ante cierta situación me siento indeciso me aparto, espero, desconfío... E intentar vivir las menos situaciones indecisas posibles; eso debilita el criterio propio y la autoconfianza.

Si algo me apasiona digo sí, completamente sí ¡Y hasta las últimas consecuencias! Pues , aunque hierra, también habrá valido la pena.

miércoles, 3 de junio de 2009

Los blogs corrompiendo la cultura

Los blogs son el ágora del s.XXI y para bloggear hay que tener sangre de sofista ¡Eh aquí el gran peligro! Que acabemos siendo unos charlatanes y unos cuentacuentos; que nos volvamos unos blandengues mentales; que sepamos de todo un poco pero que seamos incapaces de profundizar en nada... ¡Como ya les sucedió a los griegos!

Los blogs van a favorecer la decadencia cultural ¿Quien puede dudarlo?

martes, 2 de junio de 2009

Mostrar amor y actuar

No pocas veces nos resulta más fácil mostrar cierto amor y afecto para con quienes, a decir verdad, tampoco deseamos tanto. En estos casos nos resulta fácil actuar y seducir, pues sabemos que nuestros afectos y atenciones para con ese son una especie de atuendo, que en un momento dado podremos sacarnos de encima.

En cambio, muchas veces nos vemos incapaces de mostrar amor y afecto para con quienes sentimos una atracción feroz. Tememos nuestros propios deseos y, para protegernos, actuamos como si esa otra persona no nos afectara para nada ¡Nos mostramos incluso indiferentes!

El colmo llega cuando actuamos como si odiásemos a esa persona, pero porque la deseamos.

El color de la verdad

Sí, la verdad tiene color: el arco iris. Y es que hay verdades de todos los colores.

El poder de juzgar

Como en tantas otras cosas, Jesús mentía también cuando dijo: no juzgues a los demás si no quieres ser juzgado.

Poder juzgar a otros no implica tener que sufrir, luego, sus juicios ¡En la justícia la reciprocidad jamás se presenta como una condición necesaria!

Grandes ideas

Las más potentes ideas raras veces llegan de la mano de escritores malos y pesados. Como todo lo bueno en el mundo, éstas siempre aparecen como asequibles y accesibles a todos, sin realmente serlo -al menos completament.

Cuidar el estilo es una forma de cuidar el pensamiento.

lunes, 1 de junio de 2009

Inteligencia y verdad

Cuanto más listos somos más nos engañamos a nosotros mismos

Juicios analíticos

No existen juicios analíticos, lo que existen, en todo caso, son juicios no contradictorios. Pero estos no son el fundamento de la realidad como se ha creído largamente.

En fin, mediante el análisis no vamos a descubrir, jamás, la esencia de las cosas.

Pensamientos versus Sentimientos

Ciertas mujeres lo darían todo por experimentar sentimientos bonitos y chispeantes; precisamente eso piden al arte: que les proporcione conflictos sentimentales; que las hagan soñar, llorar, enamorar o reír. 

La palabra "amateur" les va como anillo al dedo a estas encantadoras entusiastas del arte. No en vano dichas mujeres siempre han sido las grandes promotoras y mecenas del arte ¡Qué fácil que se enamoren de una obra, una idea, una canción, un dibujo...!  

Ciertos hombres, en cambio, piden otra cosa: saber qué idea subyace en la obra y como ésta se ha expresado. Para un hombre cualquier sentimentalismo carece de color al lado de una idea potente y su representación.

Mientras esas mujeres exclaman ante una obra artística -Qué bonito, me gusta-, esos hombres se preguntan -¿Cómo ha logrado eso el artista? Es perfecto-

Pero más allá de estos hombres y mujeres existe la chusma superflua; hombres y mujeres que valoran el arte por el dinero que nueve, por si está de moda y atrae a muchos otros superfluos como ellos, o por ideología (al promocionar nacionalismos, socialismos, etc)...  

Suicidio

Para los antiguos griegos o romanos, nuestra mentalidad actual parecería típica de esclavos. A su entender, sólo los esclavos quieren vivir a toda costa y buscan, por todos los medios, salvar el culo como se dice vulgarmente. Precisamente eso significa en latín 'servus': aquel a quien se le permite vivir.

Los hombres libres de antaño tachaban de indigno (en latín arcaico exlavo) recibir la vida de parte de otro ¡Eso podía llegar a tomarse incluso como una ofensa personal! A su entender, el valor de su vida consistía, no en recibir sino en sacrificarse por algo, en la mayoría de los casos por la república y en casos excepcionales por sí mismos -¡Puesto que la vida es breve aspiremos a una muerte gloriosa!- Exclamaban. Catón el joven, por ejemplo, se suicidó al saber que César, una vez había vencido a la República, le perdonaba y le alargaba la mano en señal de amnistía. Catón dijo al cortarse la venas -¡Quién es César para perdonarme la vida!- Escuchar eso, hoy en día, da miedo a más de uno.

Los sentimientos humanitarios modernos, desconocidos antaño, surgen de la idea cristiana de que la vida es un don del Señor. Refinado esto por la astucia de los ilustrados del s.XVIII, de aquí se sacó la idea moderna de que la vida es un derecho inalienable de todo hombre o mujer. Pero para los antiguos eso, en gran medida, era repudiable, cosa de esclavos: típico de quienes no se respetan ni se aman a sí mismos; literalmente, típico de quienes no se lavan.