lunes, 25 de mayo de 2009

¡No hay fondo!

Para qué dilatarse escribiendo página tras página tal que si la verdad fuera a peso ¡Cómo si por escribir más nos precipitásemos al fondo y transfondo de las cosas! Estáis avisados: las cosas carecen de núcleo y la vida de sustancia.

Los hombres más profundos alcanzan a buzo las más bellas superficialidades, las aguas más frías, más estáticas, más serenas, más límpidas capaces de refrescar a nuestro siempre ardiente y salvaje corazón.

La mayoría busca calor en el arte, nosotros, ardientes en deseos, precisamos frialdad.

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