Este hilo es una continuación del que se publicó hace ya unos días, llamado "377", y en donde propongo una especie de juego numerológico entre el nº 377, diversas razones especiales, como Pi o el número áureo, y con la métrica egipcia y la nuestra, que se basa en el metro como unidad. (ver el post)
Al final, vimos como Luís Castaño propone la existencia de un canon humano antiquísimo, usado por distintas civilizaciones, entre ellas la egipcia, la sumeria, la griega o durante el renacimiento; mientras especula que quizás se hallaría incluso en construcciones megalíticas. Podéis ver una conferencia muy buena al respecto (aquí).
Luis Castaño narra como descubre este canon a partir del famoso "Hombre de Vitruvio" dibujado por Leonardo da Vinci, donde el florentino, no sólo pauta luego todas las proporciones entre las distintas partes del cuerpo humano a fin de constituir un cuerpo armonioso, sino que lo integra en un cuadrado exacto de 18cm X 18cm.
Leonardo escribe las siguientes instrucciones en el mismo dibujo:
‹‹ Vitruvio el arquitecto, dice en su obra sobre arquitectura que la naturaleza distribuye las medidas del cuerpo humano como sigue:
-que 4 dedos hacen 1 palma, y 4 palmas hacen 1 pie, 6 palmas hacen 1 codo, 4 codos hacen la altura del hombre. Y 2 codos hacen 1 paso, y que 24 palmas hacen un hombre; y estas medidas son las que él usaba en sus edilicios.
-Si separas la piernas lo suficiente como para que tu altura disminuya 1/14 y estiras y subes los hombros hasta que los dedos estén al nivel del borde superior de tu cabeza, has de saber que el centro geométrico de tus extremidades separadas estará situado en tu ombligo y que el espacio entre las piernas será un triángulo equilátero.
-La longitud de los brazos extendidos de un hombre es igual a su altura.
-Desde el nacimiento del pelo hasta la punta de la barbilla es la décima parte de la altura de un hombre; desde la punta de la barbilla a la parte superior de la cabeza es un octavo de su estatura; desde la parte superior del pecho al extremo de su cabeza será un sexto de un hombre.
-Desde la parte superior del pecho al nacimiento del pelo será la séptima parte del hombre completo.
-Desde los pezones a la parte de arriba de la cabeza será la cuarta parte del hombre.
-La anchura mayor de los hombros contiene en sí misma la cuarta parte de un hombre.
-Desde el codo a la punta de la mano será la quinta parte del hombre; y desde el codo al ángulo de la axila será la octava parte del hombre.
-La mano completa será la décima parte del hombre; el comienzo de los genitales marca la mitad del hombre.
-El pie es una sexta parte del hombre.
-Desde la planta del pie hasta debajo de la rodilla será la cuarta parte del hombre.
-Desde debajo de la rodilla al comienzo de los genitales será la cuarta parte del hombre.
-La distancia desde la parte inferior de la barbilla a la nariz y desde el nacimiento del pelo a las cejas es, en cada caso, la misma, y, como la oreja, una tercera parte del rostro.
-El ombligo es el punto central natural del cuerpo humano. En efecto, si se coloca un hombre boca arriba, con las manos y los pies estirados, situando el centro del compás en su ombligo y trazando una circunferencia, ésta tocaría la punta de ambas manos y los dedos de los pies.››
Luego podemos ir directamente a los textos de Vitruvio (Libro III, capítulo I) donde nos expone como estas proporciones humanas son las que él, precisamente, empleaba en la construcción de edificios para reflejar la armonía "natural" que expresa, precisamente, nuestro cuerpo divino.
Así, pues, siguiendo la tesis de Luís Castaño tenemos que el canon humano ideal sería un tipo que, en metros, reflejaría la siguiente proporción:
Digo esto, porque si nos vamos a Egipto vemos en seguida como sus artistas normalmente dividían el canon humano en 18 partes; lo que se conoce como canon de 18 puños:
18 es un número que nos permite relacionar el canon con los números de Fibonacci de forma que podamos expresar la unidad, entre otras cosas: acaso las siguientes ternas pitagóricas:
Veamos, entonces, cómo de esta suma de Fibonacci sacamos la unidad al poder dividir 18 en dos segmentos, uno de los cuales es, precisamente la unidad:
18 = 2+3+5+8 = (2+3+5)+8 =10+8
Obviamente este 10 representa, en el canon, la unidad dado que cada puño representa un décimo de la unidad (1/10); de modo que 10 puños son, idealmente, la unidad. Y esta unidad, siendo el canon de 1.80m, es precisamente el metro.
El metro como unidad del alma
Si observamos uno de los dibujos donde se representa esta segmentación de Fibonacci, por así decirlo, entonces distinguimos claramente como el metro representa:
- 2 puños: la cabeza humana, y por tanto la inteligencia
- 3 puños: el pecho humano, y por tanto, el carácter.
-5 puños: estómago y partes bajas, y por tanto, los instintos o deseos animales.
Al observar estas curiosidades no puedo dejar de pensar como la filosofía griega, y muy en especial la de Platón, es una obra artística fundamentada en el estudio matemático continuado buscando la proporción, la medida y armonía entre todas las cosas ¡Su razón de ser!
Pero es cierto, lo expuesto no demuestra nada, más que una observación curiosa mía que, sin embargo, cuadra de forma sorprendente si atenemos a la fantasiosa idea de que ya los antiguos usarían el metro como unidad generatriz fundamental; reflejo del alma humana y por tanto, también, del mundo.
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