martes, 21 de abril de 2009

El peligro

No temas equivocarte, ni aún menos liar una de gorda -Hasta las últimas consecuencias- Debe relucir tu lema.

El peligro no radica ni en tus fallos ni tus engaños, sino en la fatiga ¡Aléjate de la fatiga!

No temas caer ni fracasar, ni que tus más arraigadas creencias y profundos deseos se vean refutados y contradichos. Sé lo suficientemente rico para congratularte con la derrota ¡Si no te mata, te abre nuevos horizontes!

Sólo temen perder y sucumbir los débiles, esos pobres de ánimo... y motivos no les faltan para justificarse.


Así sea; no te preocupes en si vas o no bien encaminado, o si tus creencias y conocimientos son o no irrefutables, eternos, objetivos... aplaudidos por todo el mundo ¡Cúidate de que no te domine la fatiga y la desidia!

Eh aquí lo más triste: ser incapaz de levantarse con una sonrisa en la cara una vez se muerde la lona.


El vigor y la fuerza mídela por la capacidad de superar reveses, engaños, errores y fatigas ¡Por la capacidad de convertir contrariedades en dulces ventajas!



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