lunes, 30 de marzo de 2009

Gladiadores

Escribe Lucrecio, el epicurio, con el refinamiento helenístico que le caraterizó: "Por casualidad, a mediodía asistí a una exhibición, esperando un poco de diversión, unos chistes, relajarme... Pero salió todo lo contrario... Estos peleadores de mediodía salen sin ningún tipo de armadura, se exponen sin defensa a los golpes, y ninguno golpea en vano... Por la mañana echan los hombres a los leones; al mediodía se los echan a los espectadores. La multitud exige que el victorioso que ha matado a sus contrincantes se encare al hombre que, a su vez, lo matará, y el último victorioso lo reservan para otra masacre. Esta clase de evento toma lugar estando casi vacias las gradas... Al hombre, sagrado para el hombre, lo matan por diversión y risas."

Supongo que resulta evidente que la mayoría de nosotros no aguantaría ni 24h viviendo en esa Roma de marmol y sangre (Sólo entrar en la ciudad verías a un montón de criminales colgados de la cruz). No estamos mentalmente preparados para tales emociones fruto de la más brutal sin razón, bestialidad y arrogancia... Somos tan epicurios y civilizados ¡Tenemos tanta consciencia! Los Romanos seguramente se reirían despiadadamente de nosotros y nos tildarían de viejecitas impotentes.

¿Vivimos por ello en un mundo mejor? Moriremos igualmente... y es cierto que ellos vivían con intensidad; con una intensidad que nos abruma a nosotros, tan civilizados.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que no estoy nada de acuerdo contigo.

La crueldad sigue existiendo en el mundo moderno y de forma similar o peor que en el pasado. Me gustaría que esos mismos romanos que dices hubieran visitado Auschwitz hace poco más de 70 años. Que vayan hoy día a cidad Juarez o Irak o a otros países modernos donde la violencia es algo habitual a preguntarles que tal les parece la intensidad de la vida.

No, yo creo que te confundes, había mucho de civilización en la Roma y la Grecia antiguas y había otras cosas que no lo eran tanto. Tambien en nuestras sociedades de hoy en día (la pena de muerte por ejemplo). Creo, además, que és precisamente de las cosas que las hacen ser incivilizados de las que surge su decadencia.

Un saludo.

RDC dijo...

Creo que en este post yo hablaba no tanto de la violencia, la guerra y la agresión, como de la crueldad; es decir, de la capacidad de disfrutar con el sufrimiento ajeno y por tanto, de la capacidad de fomentar la 'violencia', la carnicería, la destrucción por el simple placer de disfrutar al ver que algo sufre, y no sólo sufre, sino que se somete completamente a nuestra voluntad, dando, incluso, su vida.

Es precisamente esto lo que "nosotros" hemos perdido en gran medida con nuestra civilización... si más no lo hemos refinado muchísimo. De hecho, los psicológos modernos lo tildan de enfermedad mental... Pero cabría discutir la impacialidad moral de este juicio médico.

En cualquier caso, parece evidente que nuestra sociedad dista en gran medida de la antigua porque, ésta, al regocijarse con el sufrimiento ajeno no les conllevaba problemas de consciencia... Y a nosotros sí (Y digo nosotros de modo enfático).

Pondré un ejemplo: no pude más que reírme cuando leí que Nerón dijo, estando de pie en el balcón principal de su nueva y espectacular Domus Aurea, repleta de oro, flores y antorchas humanas -¡BIen! Por fin puedo empezar a vivir como un ser humano-.
Y confesar que me reí al imaginarme esa escena esperpéntica y macabra me ha traído no pocas recriminaciones de personas según ellas, más civilizadas que yo.

Esta gente, en todo caso más sensibilizada que yo en el tema, me recriminaba -¿Te gustaría que hicieran de ti una antorcha?- Y ciertamente no; pero por eso me río.

En fin, que no tengo nada de santo y estamos ante un tema muy ámplio que abarca desde lo ético a lo psicológico.

Saludos.